El poder de los talibanes

Carlos G. Reigosa
Carlos G. Reigosa QUERIDO MUNDO

OPINIÓN

STRINGER

23 ago 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La victoria de los talibanes tiene un significado mucho mayor -y mucho peor- del que creemos en Occidente, en donde hasta ahora solo nos hemos limitado a deplorarla, lamentando muy especialmente la decepcionante decisión del hasta ahora admirado presidente de Estados Unidos, Joe Biden. ¿Qué explica esta concesión o este abandono? Sin duda, razones económicas cortoplacistas y manifiestas insolidaridades entre los países libres. Porque casi todos sabemos cuál va a ser el resultado del movimiento en el tablero internacional. Rusia ya se frota las manos, convencida de que será la potencia con mayor influencia en la zona y, por lo tanto, la ganadora.

No obstante, el líder ruso, Vladimir Putin, se equivoca si cree que puede reeducar o domesticar a los talibanes, pero sí es cierto que puede rentabilizar esta falsa expectativa. De momento, lo único que ha quedado claro es que el Gobierno de Moscú está muy satisfecho por este inesperado y rápido avance de los talibanes, que significa la caída de Afganistán en sus manos. Y a partir de la retirada estadounidense, la nueva historia aún está por escribir. Aunque es bien cierto que Vladimir Putin tendrá su papel en esta partida y es casi seguro que acabaremos debiéndole algún favor por contener el extremismo talibán y desactivar una exacerbación extremista o radical en la zona.

Porque es igualmente cierto que los soviéticos también han sido sorprendidos, ya que ni se les había pasado por la cabeza esta extraña y precipitada retirada de los norteamericanos. De hecho, ahora Rusia querrá jugar un papel preponderante en la zona -la ocasión la pintan calva- y quizá, de paso, logre mayor ascendiente sobre otras zonas o países próximos, ahora ya previsiblemente contagiados por el éxito talibán.

¿Contaba con todo esto el presidente Joe Biden? Quizá él y sus consejeros se olvidaron de mirar el mapa de Asia Central, donde casi todo es posible a partir de ahora. Y no se trata de lanzar mensajes fatalistas, pero hasta él entenderá, si mira el mapa de la zona, que no se ha dado un buen paso. Al contrario, se ha dado un paso muy peligroso.