Galicia tiene más de un Camino de Santiago

Cristóbal Ramírez EN CORTO

OPINIÓN

M.MORALEJO

23 ago 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Nadie está libre del error, aunque algunos sorprenden. Por ejemplo, el cometido por Adeline Rucqoi, miembro del Comité Internacional de Expertos del Camino de Santiago, que ha afirmado a este periódico que solo existe un itinerario jacobeo, el Francés, y que por Tui solo ha pasado un peregrino histórico. Sí atina cuando dice que el que un peregrino haya pasado por un lugar este no se convierte automáticamente en Camino de Santiago, como es el caso de Hermann Künig, que de las montañas de Pedrafita marchó a Lugo.

El error, cierto, es de bulto. Tanto, que resulta asombroso en una persona de su preparación. Como los ejemplos son miles, baste citar los casos de Margery Kempe o los 84 barcos con casi 5.000 peregrinos a bordo que estaban anclados en A Coruña cuando atracó en ella William Wey. Puro Camino Inglés del siglo XV. Obvia también los registros de los hospitales de Mondoñedo, estudiados y publicados.

Pero lo más sorprendente son sus declaraciones sobre el Portugués. Sabido es que el Portugués por la costa es el que va a Tui, y así lo reclama Portugal. Luego la Xunta inventó hace una docena de años otro homónimo, que hace arrancar de A Guarda, y por ahí, en efecto, no se registra ni un solo peregrino. Ni uno.

Adeline Rucqoi se descuelga asegurando que por Tui solo pasó una persona rumbo a Santiago. ¿Cómo es posible que ignore los listados de quienes pararon en los hospitales locales -publicados en buena parte por Rafael Sánchez, ex gerente del Xacobeo y archivero-bibliotecario de esa ciudad- o el magnífico diario de viaje de Cosme de Medicis, editado por la Xunta tras un profundo estudio del titular de la cátedra del Camino, Miguel Taín?

En tiempos en los que algunos se arrogan que todo comenzó en un faro del siglo XIX, o que porque una flota atracara en una ría (y no se sabe que nadie de ella llegara a Compostela) ya se reclama la oficialidad de un camino, se agradecería que los expertos como Adeline Rucquoi se mostrasen un poco más prudentes. Tirar piedras contra el tejado gallego no es un deporte sano.