Avance talibán

OPINIÓN

JALIL REZAYEE

Aunque tuvieron que abandonar Kabul, y fueron derrotados en numerosos frentes, jamás abandonaron la lucha. Y ahora han aprovechado la marcha de las tropas internacionales para ir conquistando terreno a gran velocidad

10 ago 2021 . Actualizado a las 00:01 h.

1979 fue un año trascendental para la historia de Oriente Próximo y Medio. En febrero, un anciano clérigo descendía por la escalerilla de un avión que le había trasladado desde su destierro en París a su país de origen. Tras meses de revueltas, el ayatolá Jomeini regresaba para consolidar la república islámica de Irán. El 16 de julio, un joven y ambicioso vicepresidente anunció la retirada, por motivos de salud, de su tío y mentor, el presidente Ahmed Hassan al Bakr. Sadam Hussein acababa de dar un golpe de estado incruento y de dar inicio a una dictadura brutal en Irak. Y en la Nochebuena de ese año comenzaron las hostilidades que enfrentaron a las tropas soviéticas con los muyahidines afganos, una extensión de la guerra fría entre la URSS y EE.UU. en Oriente Medio.

Transcurridas cuatro décadas, lo que equivale a dos generaciones, en Irán se mantiene la república islámica, aislada y batiéndose con la pandemia y una economía agonizante. Irak vive inmerso en el caos sectario, salvo por las provincias kurdas donde reina la estabilidad, además de estar lastrado por una corrupción sin parangón y una crisis económica rampante pese a nadar en petróleo. Por su parte, Afganistán, un país castigado como pocos, que nunca logró la pacificación total, vuelve a hundirse en un nuevo conflicto armado, repetición de la guerra civil iniciada en 1992, solo que esta vez con dos bandos claros, el Gobierno democrático de Kabul y el talibán. Estos últimos nunca han dejado de luchar desde su derrocamiento en el 2001 por las tropas internacionales lideradas por EE.UU. Porque, aunque tuvieron que abandonar Kabul, y fueron derrotados en numerosos frentes, jamás abandonaron la lucha. Y ahora han aprovechado la marcha de las tropas internacionales para ir conquistando terreno a gran velocidad. Kunduz, en el norte, ha sido su última victoria. Comienza la cuenta atrás para que lleguen a Kabul y, siendo esto nefasto, peor aún será la recuperación de este feudo para el terrorismo islamista mundial.