Vivir en Matrix

Luis Ferrer i Balsebre
Luis Ferrer i Balsebre EL TONEL DE DIÓGENES

OPINIÓN

BENITO ORDOÑEZ

11 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El partido España-Croacia que nos llevó a la semifinal de la Eurocopa tuvo un 54 % de audiencia en TV3. En el informativo de la misma cadena apenas se puso un titular antes de informar de los últimos fichajes femeninos del Barça. ¿Cómo leemos estos datos?

Se entiende que al mundo independentista le importe un comino las andanzas de la selección española y que su televisión particular -pagada con dinero público- no le quiera dar ni un balón, pero el interés de la gente va por otro canal. No solo a la mitad de los catalanes les interesa ver un partido de la selección sino que, si tenemos en cuenta que independentistas censados por las urnas son el 47 %, concluimos que a un 7 % de ellos, les interesa más el partido de la selección que la televisión del partido. Esa es la realidad lo demás es vivir en Matrix.

El ministro de Consumo, don Alberto Garzón, se descolgó esta semana con unas declaraciones en las que nos afeaba que comiéramos tanta carne, apostolando que dentro de unos años, no comeremos ni la mitad de carne que comemos hoy y será bueno para nosotros y para el planeta.

La verdad es que uno se queda perplejo viendo los afanes y ocurrencias de esta progrecracia que nos quiere gobernar. España, el segundo país del mundo con mayor esperanza de vida y en el que -no cabe la menor duda- la dieta es una variable determinante del éxito. Si algo hacemos bien aquí es comer y beber, habría que publicar los menús atlánticos y mediterráneos en el BOE como ley fundamental. Lo demás es comer en Matrix.

La creciente minoricracia que influye al mundo desde la red quiere cambiar no solo las leyes, sino las leyes de la naturaleza humana. La nueva ley trans -pronta aprobarse- muestra un absoluto desconocimiento de lo que es la mente y las emociones humanas. Pretende volver a Rousseau ninguneando a Freud, que ya demostró hace años que hay aspectos de la mente del ser humano que no son educables y no hay leyes angelicales que los puedan educar (aún hechas con toda la buena fe del mundo). Creer que el sí es siempre sí y el no siempre no, o que un cerebro a medio madurar puede tener capacidad para decidir quién es sin conocer todos los datos, es vivir en Matrix.

Mientras tanto la inmensa mayoría de la población vive otra realidad, soñando chuletones y soportando los dibujos animados del mundo patas arriba y una actitud de la oposición como la de Walt Disney cuando presentaba al pájaro loco en mi infancia.

¡Larga vida al chuletón y las cabezas de las gambas!