¿Creemos a Oriol Junqueras?

Ernesto Sánchez Pombo
Ernesto S. Pombo EL REINO DE LA LLUVIA

OPINIÓN

Pau Venteo | Europa Press

09 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando más arrecia la tormenta por la concesión de los indultos a los condenados del procés, llega Oriol Junqueras y no solo aplaude la medida que «aliviará el conflicto» después de haber dicho «que la metan por donde les quepa»; sino que, además, dice que la vía unilateral de la independencia de Cataluña «no es viable, ni deseable». Y entonces comienzan a surgir voces desde la acera de enfrente asegurando que no hay que creer al líder de ERC porque no es fiable y vive del engaño.

A Junqueras, como a todos sus camaradas, le creíamos cuando nos decía que caminaban hacia la independencia catalana porque España les robaba y aspiraban a un país maravilloso sin la rémora de extremeños, gallegos y murcianos. Le creíamos cuando decía que la única vía posible era el soberanismo. Pero no se le cree ahora porque expone un propósito que puede beneficiar al contrario. Y hasta los tertulianos de la capital del reino, que antaño se pasaron días desacreditando sus sueños rebeldes, ahora censuran lo contrario.

En los dos libros de Puigdemont, en los que repasa lo acontecido en estos años, destacan los desencuentros y la desconfianza hacia los de Esquerra, pero sobre todo hacia Junqueras. Filtraciones a la prensa, medias verdades, incumplimientos y lo que Puchi entiende como traiciones ocupan gran parte de los volúmenes. Hasta el punto de que en reiteradas ocasiones se plantea si debe mantener el procés en su compañía. Y no repara en realizar, una y otra vez, duras descalificaciones hacia el líder republicano.

Oriol Junqueras y sectores de ERC nunca vieron claros los caminos hacia la independencia. Y se entiende que mucho menos los vean después de pasar meses entre rejas. Porque eso siempre ablanda. De ahí que resulte creíble el paso atrás para tomar otra senda que les lleve al mismo lugar. Lo acaba de decir el íntegro e insobornable Pujol. Cataluña debe regresar al Estatut y volver a empezar. Y eso ha hecho Junqueras. Más que por convicción personal, porque -según parece ya dijo en privado- no se daban las condiciones, el Estado es invencible y lo hicieron rematadamente mal. Por eso hay que creer a Junqueras, por encima de intereses partidistas. Porque al fin dijo públicamente lo que pensaba.