Vacunas: gestión y propaganda

Roberto Blanco Valdés
Roberto L. Blanco Valdés EL OJO PÚBLICO

OPINIÓN

David Borrat | Efe

21 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Son tantos los imponderables que pueden tener lugar en un proceso tan complejo como el consistente en vacunar a millones de personas que solo un gobernante obsesionado con la propaganda, y convencido de que eso que los gurús llaman el «dominio del relato» es mucho más trascendental para su imagen que la realidad de la gestión, puede atreverse a lo que hizo Sánchez el día 6 de abril: comprometer en una intervención televisada fechas concretas en el avance de la inmunización. Apenas unos días después se demostró la temeridad presidencial: Sánchez proclamó que la pasada semana el número de inmunizados superaría al de contagiados, lo que, como era previsible, no se produjo.

Ayer, compelido sin duda el Gobierno por la desesperante imposibilidad de que el ritmo de vacunación aumente en la medida de lo previsto por la falta de viales, pero obligado también, con toda probabilidad, por el temor -puramente político- de que el calendario comprometido por Sánchez acabe en un descalabro formidable, Sanidad anunció un cambio radical en la estrategia de vacunación, que consistiría en retrasar la administración de la segunda dosis de algunas vacunas, para poder así poner la primera al mayor número posible de personas.

Ocurre, sin embargo, que la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) acaba de manifestar que las vacunas que quedarían afectadas por ese posible retraso deben administrarse siguiendo las indicaciones de sus prospectos respectivos: tres semanas de diferencia entre la primera y la segunda dosis en el caso de Pfizer/BioNTech y 28 días en el de Moderna.

A ese respecto la doctora Margarita del Val, que realiza su trabajo en el CSIC y en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa y es una prestigiosa especialista en el estudio de la respuesta inmunitaria frente a infecciones virales, concedía hace un mes una entrevista a El Semanal, que se entrega el domingo con La Voz, y en ella, teniendo a la vista la actual experiencia israelí, afirmaba: «Es verdad que después de la primera dosis te puedes contagiar. Pero una semana después de la segunda dosis la posibilidad de infectarse baja 12 veces. Esto sí que marca la diferencia entre un vacunado asintomático potencialmente contagioso y alguien que ya no va a contagiar. La segunda dosis es un paso de gigante hacia la inmunidad colectiva. Además, multiplica por 50 la respuesta inmunitaria».

Es posible que la desastrosa gestión de la Unión Europea en relación con la vacunación (tanto respecto a la compra de viales como al apoyo a la investigación para la elaboración de una vacuna propia) pueda obligarnos a retrasar ese «paso de gigante». Pero en un tema de tanta gravedad para nuestra salud y la de nuestra economía va siendo hora de que se nos explique con claridad qué medidas se piensan adoptar, en Europa y en España, para evitar ir siempre por detrás de la pandemia y para que sean siempre los ciudadanos los paganos de un fiasco que resulta ya a estas alturas realmente inaceptable.