Pasión en tiempos de pandemia

Javier Guitián
Javier Guitián EN OCASIONES VEO GRELOS

OPINIÓN

21 feb 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

En estos meses, las razones para saltarse las limitaciones impuestas por la pandemia han sido muy variadas. Desde el «mi mujer me ha echado de casa», a «voy a depilarme la ingle», los españoles hemos dado muestra de nuestro ingenio y las fuerzas de seguridad, de su paciencia. El día de los enamorados ha pasado, pero me ha parecido oportuno recordar a los lectores algunos casos en los que el amor, aunque no haya triunfado, ha puesto a prueba los límites de las restricciones. 

Hace unas semanas, un hombre de 40 años que viajaba en autobús de Murcia a Alicante fue identificado en un control de la Policía Local. Preguntado por el objeto de su viaje, Romeo respondió que estaba habilitado para acceder a la ciudad pese al cierre perimetral. El hombre alegó que las necesidades básicas están permitidas, mostró un recorte de prensa al efecto, y afirmó que llevaba un mes sin ver a su novia y que viajaba desde Murcia para hacer el amor con su pareja.

El enamorado defendió, sin éxito, que el sexo es una necesidad básica del ser humano, como el comer, pero lamentablemente fue sancionado por incumplir el cierre perimetral y tuvo que abandonar el autobús. Veamos. Si siempre se ha dicho que el amor no tiene fronteras ¿Por qué el viajar de una comunidad autónoma a otra ha de impedirles yacer juntos? ¿Qué razón más poderosa puede existir?

Se ha dicho también que el amor no tiene edad y debe de ser cierto a la vista de lo publicado por El Diario de Murcia. Dos octogenarios fueron detenidos en su coche en Alicante en pleno confinamiento y el hombre alegó que tenía reservada una habitación en el hotel Meliá para pasar el fin de semana «de fiesta con su novia»; lamentablemente, no pudieron disfrutar de la velada.

Es verdad que hay quien ha utilizado a Cupido como disculpa para saltarse las normas, pero eso no debe hacernos perder la sensibilidad. Hace unos meses, en Oviedo, varios agentes de policía interceptaron un taxi en un control e interpelaron al usuario del servicio preguntándole el motivo de su desplazamiento; sin cortarse respondió que echaba de menos a su novia. Tras sancionar al joven, al realizar los controles pertinentes, localizaron entre sus pertenencias un kilo de hachís, procediendo a la detención del traficante de amor.

Solo la sinrazón puede tratar de perimetrar la pasión porque las variantes del cuvid (virus de Cupido) mutan cada día. Desde Romeo y Julieta a Werther y Carlota, desde el tórtolo murciano a la pareja de abuelos, la historia nos muestra que la pasión no tiene límites, y menos autonómicos.