Tantas vacunas como mayores

César Casal González
César Casal CORAZONADAS

OPINIÓN

BIEL ALIÑO | Efe

19 feb 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Vamos perdiendo. La afirmación está hecha sin ningún resabio ni enemistad. Es un hecho. Mientras sigamos contando muertos, la derrota es evidente. Cada vez que muere otra persona por el covid es como si se incendiase entera, de nuevo, la biblioteca de Alejandría. Se nos va todo lo que siente, todo lo que sabe, se borran todos sus recuerdos. No hay lágrimas para tanto dolor.

La derrota exhibe más argumentos. Tampoco ha desaparecido la presión asistencial. Baja, pero sigue alta. Ninguno de los indicadores que manejan los expertos puede permitir a las autoridades dar pasos en falso. No queremos los consabidos sermones sobre nuevas normalidades. Ansiamos volver a sentir el aire en la cara y recuperar la vida de siempre. Pero los datos en la mano solo señalan un camino, y sigue siendo cuesta arriba. El esfuerzo de estas semanas tiene que servir para avanzar.

La desescalada debe ser lenta. con sentido, para no estropear lo poquísimo que hemos avanzado. Acostumbrados a la velocidad de vértigo en la que estamos inmersos en la sociedad, es una obligación recuperar el prestigio de la palabra lento. La desescalada ha de ser lenta, insistimos. La lentitud, cuando te juegas mucho, aporta seguridad. Necesitamos esa seguridad. Es una causa que nos exigimos por los que no están, por los sanitarios que no podrían con otra ola catastrófica, por los que están sufriendo la otra pandemia, la económica. No podemos abrir locales para volver a cerrarlos. No es un juego. No es una oca maldita que, a punto de terminar, te devuelve a la casilla de salida. La exigencia para las autoridades es medir cada decisión, amparados por los expertos. Sabemos que, para muchos, aún no hay red de salvación. La única red es el cementerio.

Es por eso que no avalamos más trucos. No nos engañen haciendo juegos de manos con los números. Es imposible hacer trampas con las matemáticas. Hoy empieza la ansiada vacunación para los mayores de 80 años, los más expuestos a los desastres del covid. Es el momento oportuno para utilizar las palabras en defensa propia. Si Galicia tiene un 8,2 % de población mayor de 80 años, es intolerable que haya recibido únicamente dosis para un 5 %.

Es una condena estadística, un retraso inaudito para ese 3,2 % que verá demorada su vacunación. Es de sentido común que los viales para cada franja de edad se otorguen en función del número de personas a inmunizar. No admite réplica. El Gobierno tiene que actuar con probidad. Todos los españoles somos iguales ante la ley y ante la vacunación. Los gallegos, también. La Xunta no puede conformarse. Debe insistir en un ritmo inalterable de tantas vacunas como mayores. Lo contrario, aceptar esa demora, es un riesgo que apagará vidas.