Vacunas: quien parte y reparte...

Uxio Labarta
Uxío Labarta CODEX FLORIAE

OPINIÓN

DADO RUVIC

28 ene 2021 . Actualizado a las 09:39 h.

La presidenta Ayuso ha acusado a Sánchez de la mala evolución del covid en el territorio que ella gobierna. Si Ayuso es la nave capitana de la oposición popular, lo preocupante es su afirmación de que si ella fuese la presidenta del Gobierno iría a Europa «o a donde sea» para buscar vacunas. En la estela del euroescéptico presidente Orban, que las trae de Rusia. Por más que Casado haya tenido claro lo de las vacunas: «La UE coordina su adquisición, las comunidades autónomas las administran y el Gobierno debe garantizar su distribución equitativa sin propaganda para atribuirse un mérito que su nefasta gestión no merece». Y en el despiece empiezan los problemas. En primer lugar, unos opacos acuerdos entre las grandes farmacéuticas y la UE que en su incumplimiento ponen en peligro el suministro de vacunas y por tanto la recuperación sanitaria y económica. Polémica sobre todo en torno a AstraZeneca, incluida su producción en la India, de la que se sospecha que vende al mejor postor.

También provoca inquietud y rechazo, además de perplejidad, el caciqueo en la gestión de las vacunas. Obviamente la de políticos y altos cargos que se han prevalido de su posición y que mal que bien van dimitiendo. Pero sobre todo y más grave, la de aquellos que siendo de los «que parten y reparten…» se la llevan por delante: 400 de la Sanidad de Murcia, 100 de Granada, 200 de Pontevedra, 600 del Clínico de Madrid, jubilados incluidos, o en otros hospitales madrileños y lo que falta por saber. Lo grave de este parte y reparte público no es solo el descontrol, que no respeta el acuerdo del 24 de noviembre del Consejo Interterritorial de Sanidad, sino que agrava las deficiencias que tal plan tenía.

Puede que no dé para el algoritmo Tiberius que utiliza la Operation Warp Speed de los EE.UU., con sus luces y sus sombras, pero quizá si podríamos reflexionar sobre la vacunación en Portugal. Donde han rectificado e incluido en la prioridad de vacunación a sus cuatro órganos de soberanía (Presidente da República, Asamblea da República, Gobierno e Tribunales) en el mismo período de tiempo del grupo de personas de más de 50 años que padezcan una de estas cuatro enfermedades: insuficiencia cardíaca, enfermedad coronaria, insuficiencia renal y enfermedad respiratoria crónica con soporte ventilatorio. Triaje que quizá con una dedicación profesional, en la que podrían intervenir no solo la atención primaria sino la inspección médica y sus bases de datos, evitaría los «errores» imperdonables en estructuras de gestión bien dotadas y bien pagadas, pero al parecer con ciertos déficits de profesionalidad. Errores o indolencias que los portavoces del PP y Ciudadanos en la Comunidad Valenciana quieren analizar en una comisión parlamentaria de investigación.

Como enfatizaba el editorial de La Voz de Galicia: «La decepción que ha cundido entre los ciudadanos por la mala gestión de las vacunas requiere una rápida rectificación. No es posible entender que las personas de más riesgo -tanto por edad como por enfermedades previas- sigan sin saber cuándo las recibirán».