La bolsa o la vida

José Francisco Sánchez Sánchez
Paco Sánchez EN LA CUERDA FLOJA

OPINIÓN

DAVID BECKER | Reuters

05 dic 2020 . Actualizado a las 10:50 h.

En asuntos de dinero abundan los insatisfechos, ganen mucho, poco o muchísimo. En el caso de los que andan justos, se entiende. Pero en el del narco que ha hecho una fortuna imposible de gastar en cuatro generaciones pero sigue arriesgando su vida y su libertad… también se entiende. Quizá padezca una potente adicción al riesgo o quizá, como todos, no se conforme con nada. Hay estudios sociológicos y económicos que demostraron, hace ya veinte años, que un aumento de los ingresos eleva durante poco tiempo los niveles de satisfacción personal, de felicidad, porque enseguida nos acostumbramos y queremos pasar al siguiente nivel, como en un videojuego. Las pérdidas de poder adquisitivo, sin embargo, se asimilan peor y más despacio. Pero mucho más fácilmente, dicen las mismas fuentes, que un divorcio o un accidente con secuelas físicas o psicológicas. Este tipo de pérdidas tienden a sentirse toda una vida. O dicho en positivo: la salud y la familia producen un bienestar más estable que el dinero, aunque hay que reconocer que para mantener ambas se requieren unos ingresos suficientes que, si no se alcanzan, terminan arruinando la salud y, desde luego, el bienestar familiar.

Esos mismos estudios señalan, como consecuencia, que conviene revisar hasta qué punto nuestra lucha por el dinero o el estatus compromete nuestra salud y nuestra familia. Porque, al final, la felicidad que conseguiremos depende mucho más de estas dos, que sí alientan un bienestar perdurable.

Esto se lo escuché hace años a Luis Ravina, catedrático de Economía. Y esta semana, al investigador Rob Henderson. En el fondo, lo sabemos desde siempre y, también desde siempre, vivimos como si no lo supiéramos.

@pacosanchez