Remar en tiempos de pandemia

César Muñoz-Fontela TRIBUNA

OPINIÓN

Igor Zehl / CTK

26 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

No hay otra salida de esta situación que una vacuna. Las vacunas, junto con el descubrimiento de los antibióticos, es uno de los logros científicos más importantes de la humanidad. No puedo pensar en otro descubrimiento humano que haya salvado tantas vidas en todo el mundo. Y nunca en la historia de la humanidad los científicos han colaborado globalmente en las proporciones actuales, y al tiempo que escribo esto, hay casi doscientas vacunas candidatas, de las cuales 25 están ya en ensayos clínicos.

Este desarrollo masivo de vacunas también se ha acelerado por el establecimiento de modelos animales para la covid-19, que muchas veces no se comenta o se minimiza. Los modelos animales son desafortunadamente necesarios para asegurar que las vacunas no causan efectos no deseados y para demostrar que generan inmunidad. Yo he tenido la suerte de liderar un grupo de trabajo de la OMS para el desarrollo de modelos animales de la covid-19 y estoy agradecido y orgulloso.

Soy optimista y pienso que en la primera mitad del 2021 tendremos no una, sino varias vacunas contra el covid-19. Si alguna vez queremos volver a disfrutar de un concierto o de un evento deportivo abarrotado vamos a necesitar a la ciencia. Probablemente lo más preocupante es el hecho de que, parece ser, un 30 % de los ciudadanos tienen dudas acerca de si se pondrán la vacuna; teniendo en cuenta que necesitamos que el 60 % de la población sea inmune para parar la transmisión del virus, convencer a ese 30 % dudoso parece una misión prioritaria.

El ciudadano de a pie no entiende lo que es un virus, mucho menos cómo funciona la ciencia. Esto es perfectamente normal, yo tampoco entiendo nada de economía o de arquitectura. El problema es que los líderes mundiales tampoco lo entienden.

Necesitamos varias cosas para salir de esta situación. Primero necesitamos que los líderes políticos se rodeen de científicos; que se identifiquen las responsabilidades («hemos tomado estas medidas porque estos señores, que son los que saben, nos lo han dicho»); que los medios de comunicación comuniquen los hechos; no necesitamos debates entre toreros, tertulianos y científicos, necesitamos científicos que sepan comunicar; y finalmente, también necesitamos que el ciudadano escuche. Parece una obviedad, pero hoy nadie escucha más de 20 segundos antes de pasar a otro tema.

Como decía antes, soy optimista en el plano científico. Sin embargo, tengo mis dudas de que los líderes mundiales vayan a hacer el esfuerzo de asegurar una distribución equitativa de las vacunas. Es decir, no se trata de que un país rico compre todas las dosis para proteger a todos sus ciudadanos, sino que todos los países tengas suficientes para proteger a su población más vulnerable. Si un país rico quiere seguir vendiendo productos a otro más pobre, necesita que la economía de este último no esté ahogada por la pandemia.

Entender que los virus no entienden de fronteras o presión política debería ser un proyecto global. Si queremos salir de este barco, todos debemos remar en la misma dirección.