Tirarse o caerse. Esta es la cuestión. Pasaban las horas del fin de semana en que se emitió la película, con los aficionados al motociclismo pendientes de Pol Espargaró, quien tenía todas las de ganar el Gran Premio de Austria. En el curso de la prueba, otro piloto llamado Maverick Viñales rodaba a 220 kilómetros por hora, cuando notó que le fallaban los frenos. En milésimas de segundo decidió arrojarse de la moto, jugándose el tipo. Y acertó. La montura se estrelló contra una valla y acabó ardiendo. A veces merece la pena tirarse al foso.