Este verano

OPINIÓN

ANA GARCÍA

19 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Ha llegado, casi por sorpresa, después de hurtarnos la primavera que brotaba delante de nuestras ventanas y balcones. Suprimidos abril y mayo, desterrado marzo, oculto tras el covid, llegó de nuevo el verano.

Y escucho en el registro sonoro de mi memoria aquel viejo tema musical setentero que interpretó Mungo Jerry, y que fue mi banda sonora del estío durante muchos años, In the summer time, mientras evoco fotograma a fotograma secuencias completas de la película que recoge relatos de Faulkner y que va pasando por mi mirada un, otro, largo y cálido verano.

Aguardaba impaciente en mi adolescencia que el almanaque trajera junio a mi vida y que, por San Juan, el Bautista inaugurara en la mar de mi pueblo los baños de olas, porque desde la noche de las hogueras hasta septiembre los dos meses largos eran una fiesta continua.

Este año todo será distinto. Suprimidas fiestas y verbenas, cohetes festeros y fuegos de artificio por decretos sanitarios, será un verano sin música, y el primer aldabonazo lo ha dado la macro orquesta Panorama, que durante estos meses venideros silenciará sus melodías que llenaban de decibelios y colores los prados festivos de Galicia entera.

Nos mirarán a los gallegos de fuera de reojo, por el rabillo de la mascarilla, y aunque vamos a ser menos no dejaremos de ir para rendirle el debido saludo de pleitesía a la tierra que nos vio nacer.

No conseguirán que, pese a las ausencias de forasteros, sea este un verano triste, porque tristeza y agosto son dos términos incompatibles. Allí estaremos como siempre, paseando las noches amables y las mañanas luminosas, reconociendo todos los pliegues del verano con un regusto de agua salada, de mareas vivas, cuando el dolce far niente nos convoque frente a una pinta cerveza bien fría.

Ya estás aquí, verano, siempre fuiste una letra de cambio que vencía a plazo fijo, y la novedad que traes en julio es una cita electoral en el mes en que Galicia debería celebrar la fiesta de su patrón, que viene en rojo en el santoral de los gallegos, aunque ahora el patrón civil se llama, y se seguirá llamando por cuatro años, Alberto Núñez Feijoo.

Quiero saludarte, verano, celebrar contigo la esperanza, y cuando lleguen las fiestas de agosto, cuando San Roque, alzaré mi copa y tararearé una canción antigua, como cuando las fiestas eran un alborozo que abarrotaba mi pueblo.

Y espero estar allí reinaugurando las fiestas, y la alegría que nos prohibieron, y buscaré en qué lugar actúa la Panorama, o la París, o la orquesta América. Bienvenido, verano.