Acompañando a los niños con cáncer durante en el covid

Paco Arango LUCHA CONTRA EL CORONAVIRUS

OPINIÓN

PILAR CANICOBA

13 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Una de las peores consecuencias de esta pandemia es que todo tipo de voluntariado presencial en hospitales está temporalmente prohibido. Consecuentemente, los niños están solos y sin las actividades de ocio que les proporcionan fundaciones como la nuestra.

La distracción es una de las herramientas más importantes para combatir el estrés de una enfermedad tan difícil en personas tan pequeñas y que además ahora tienen demasiado tiempo para pensar. Estos pequeños guerreros lamentablemente son expertos en temas de aislamiento, pero eso no quita que ahora estén más desamparados. Lo que la sociedad está viviendo con gran consternación, ellos ya lo conocen de sobra. Para muchos de nosotros el aislamiento, el miedo y la ansiedad ante el mañana es algo totalmente nuevo y nos trae mucho desconcierto y nerviosismo, mientras que para todos los niños afectados de cáncer y sus familias se trata de su cotidianidad. El momento del diagnóstico y el comienzo del tratamiento ya ha cambiado radicalmente sus hábitos, su rutina, sus costumbres diarias, y ahora tocan nuevos cambios. Sin voluntarios que vengan a jugar, sin actividades recreativas, sin visitas de familiares y amigos y también sin la presencia de algunos profesionales que los acompañamos en el día a día.

Si bien nuestros niños y sus familias comprenden la importancia de estas medidas, dado que han aprendido estos cuidados al estar inmunodeprimidos, no dejan de sufrir sus consecuencias. Por eso, desde Aladina estamos trabajando intensamente desde nuestros hogares para acompañar desde la lejanía. Hemos adaptado gran parte de nuestros programas a la nueva situación. Todos los días nuestras psicooncólogas atienden a sus pacientes a través de las plataformas digitales y continuamos impartiendo varias terapias de manera virtual: con perros, con caballos, musicoterapia, yoga y relajación para los niños y adolescentes enfermos de cáncer y sus familias. También nuestras doctoras en actividad física y salud continúan entrenando a los pacientes oncológicos de forma personalizada para que no pierdan fuerza y energía. El deporte en pequeñas dosis es clave para paliar los efectos secundarios de la quimioterapia.

Es difícil explicar lo importante que es el papel de una psicooncóloga en un hospital pediátrico. El cáncer infantil trae muchas malas noticias, incluso cuando se gana la batalla, y es imposible que los médicos puedan hacer bien su papel y al mismo tiempo atender estos requisitos psicológicos. Las psicooncólogas son una especie de bombero en mitad del fuego que a menudo ayudan más a los padres que a los niños. Son esenciales para poder mantener la cordura ante tanto estrés y asumen una carga emocional difícil de soportar. Es importante intentar que nunca falte esta figura tan imprescindible. En este sentido, desde Aladina estamos felices de poder financiar la figura de una psicóloga en el Hospital Universitario de Santiago de Compostela para atender a los niños enfermos. Es nuestra primera colaboración en un hospital gallego, pero hemos venido para quedarnos y para ayudar en todo lo que podamos. Es más, este 13 de mayo se celebra el Día del Niño Hospitalizado y el hospital de Santiago es uno de los centros beneficiados de la donación de 3.000 juguetes que la Fundación Aladina ha repartido por 15 hospitales españoles. Queremos que ese día sea una fiesta, cada sonrisa de un niño será un logro y una pequeña victoria.

La nueva realidad nos ha hecho darnos cuenta de que debemos poner el foco de forma especial en las familias más necesitadas y con menos recursos. Por ello, hemos decidido ampliar el presupuesto de nuestro fondo de ayudas extraordinarias, a través del cual prestamos ayuda tanto económica como material (pelucas, sillas de ruedas, audífonos, gastos funerarios…) a muchos aladinos y familias.

Esta terrible crisis que estamos viviendo puede sacar de nosotros algo bueno. El valorar las amistades, los abrazos, gritar un gol hasta quedarnos roncos… Experiencias cotidianas que ahora tienen más bien el anhelo de un futuro próximo. Durante estos dos últimos meses he visto y presenciado ejemplos maravillosos de muchos españoles. Voluntarios que llevan comida a gente sin recursos jugándose la salud, donaciones privadas muy importantes. No me canso de decirlo; he viajado mucho y en este país no valoramos lo suficiente la gente que tenemos. Mi esperanza es que, cuando acabe todo esto, España esté más unida para luchar contra una terrible crisis económica.

¡Mucho ánimo! Ya queda menos y hay demasiada gente brillante en este mundo que nos brindará una solución para ganar esta guerra.