Como consecuencia de la crisis del coronavirus se han cancelado miles de vuelos, y, ante esta circunstancia, las compañías aéreas se están mostrando reticentes a devolver el importe de los billetes a los pasajeros. La alternativa que están ofreciendo es un cupón para una nueva compra de un billete en un momento posterior.
Esta medida no es nueva, es una práctica que intentan realizar las compañías aéreas para no devolver el dinero y evitar así sus pérdidas económicas, que podrían ser muy drásticas teniendo en cuenta la situación que estamos viviendo, con espacios aéreos cerrados, con cancelaciones en Semana Santa y con las futuras de los meses de verano, puentes, festivos… Hasta se debate en la Unión Europea para primar a las compañías frente a particulares. Y no, estas medidas no se pueden llevar a cabo, ni ahora ni antes.
La entrega de un cupón por parte de las compañías aéreas y la correspondiente negativa a la devolución del dinero de la compra va en contra del Reglamento Europeo 261/2004. En él se regulan las normas sobre compensaciones y asistencia a los pasajeros en casos de denegación de embarque o cancelación de vuelos.
En base a este reglamento, la normativa europea obliga a las compañías aéreas que operan en el espacio de la UE a devolver al pasajero el importe de su billete, pudiendo únicamente canjearlo por un bono si esta última opción es aceptada por el cliente. Y aquí encontramos la paradoja de esta situación, hay países de la Unión Europea, entre los que se encuentra España, que están solicitando a la Comisión Europea que sea lícita la entrega de un cupón canjeable con el importe del billete, para así evitar la devolución del dinero. ¿Pero estos países no conocen el reglamento europeo?
Un pasajero afectado por esta situación tiene el derecho a reclamar la devolución de la compra efectuada. Por las buenas o por las malas, es decir, mediante correspondiente demanda en los juzgados. Pero claro, yo, como pequeño particular, ¿cómo voy a iniciar acciones legales contra un gigante aéreo? Pues se puede, y es más, se debe. Son miles las sentencias que se han producido en los últimos años en las que se da la razón a los pasajeros y se condena a las compañías a la devolución del dinero. Por muy grandes que sean.
No obstante, y a pesar de las dificultades económicas que puedan afectar a los operadores aéreos, resulta de capital importancia que los grandes esfuerzos procedentes de Europa para una defensa común de los derechos de los pasajeros no se vean destruidos ni mermados. Y sí, podemos entender la reclamación de las compañías aéreas, pero, ¿quién entiende la posición de los pasajeros que pueden necesitar ese dinero mientras aumentan los despidos, ERTE y la situación de incertidumbre económica se mantiene? Y es más, es que tienen todo el derecho a reclamarlo.