De la prueba de paternidad al covid-19

Manuel Luis Casalderrey
Manuel-Luis Casalderrey RINCÓN ABIERTO

OPINIÓN

FAUSTFOTO / REMITIDA ITENE

04 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Las pruebas PCR, que se están utilizando para confirmar la infección por el coronavirus SARS-CoV-2 se usan desde los años 80 del siglo pasado, cuando fueron diseñadas por el nobel de Química Kary Mullis. PCR son las siglas (en inglés) de reacción en cadena de la polimerasa, una técnica que permite obtener tantas copias como se desee de un fragmento de ADN. Las PCR se usan para determinar paternidades, identificar cadáveres y detectar enfermedades como el COVID-19.

En este caso, el proceso comienza tomando una muestra, de la nariz o de la parte interior de la garganta del paciente. El SARS-CoV-2 tiene ARN (una cadena) como material genético. En los PCR solo se hacen copias de ADN (doble cadena), por lo tanto hay que transformar el ARN en ADN, mediante la enzima transcriptasa inversa. Además se añaden al tubo de ensayo cebadores, unos fragmentos de ADN diseñados para unirse a zonas características del genoma del virus. La máquina PCR calienta la mezcla y luego la enfría. El proceso facilita que los cebadores se unan al ADN. Se hacen repetidos calentamientos y enfriamientos creando millones de copias de ADN.

Mientras se copia el ADN se añaden colorantes fluorescentes que se unen al ADN copiado. Cuanto más copias del ADN del virus se producen, mayor es la fluorescencia, que, si supera un cierto umbral, el test es positivo (hay infección). Si no hay virus, no hay copias de ADN, no se supera el umbral y el test es negativo.