El accidente de Kobe Bryant: helicópteros y reglas de vuelo visuales

David Mosteiro AL DÍA

OPINIÓN

PEPA LOSADA

29 ene 2020 . Actualizado a las 10:33 h.

El domingo pasado amaneció cubierto y con niebla en Los Ángeles. El techo de nubes en los alrededores del aeropuerto John Wayne se encontraba alrededor de 300 metros y había brumas en la superficie.

Un Sikorski S-76B (dos S-76 muy similares son empleados por el Servizo de Gardacostas de Galicia) con destino al aeropuerto de Camarillo, a unos 125 kilómetros, despega a las 9 de la mañana. Lleva a bordo a Kobe Bryant, una de sus cuatro hijas y otras siete personas. Sobrevuelan Los Ángeles en dirección noroeste, tomando como referencia las autopistas y carreteras principales bajo reglas de vuelo visuales (VFR). Estas estipulan unas distancias mínimas de visibilidad horizontal y vertical que se deben mantener en todo momento para volar con seguridad (en España, 5 kilómetros de visibilidad horizontal, mantener siempre el terreno a la vista y volar libre de nubes).

Llegan a los alrededores de Burbank 15 minutos más tarde. Esta es un área con un denso tráfico aéreo debido a los aeropuertos de Burbank y Van Nuys. En ese momento, el controlador aéreo les instruye a esperar fuera del área de control de Burbank.

Cuando el piloto recibe autorización para entrar en dicha zona, tras 15 minutos de espera orbitando, se le instruye a seguir como vuelo VFR especial y mantenerse a 2.500 pies (762 metros) de altitud o menos.

En España, los requisitos para que un helicóptero vuele bajo reglas VFR especial son una visibilidad horizontal mínima de 800 metros y un techo de nubes de al menos 600 pies (180 metros).

Después de cruzar el área de control rodeando el aeropuerto de Hollywood-Burbank, se ponen en contacto con la torre de control de Van Nuys y vuelven a reglas de vuelo visual, volando hacia el sur, para interceptar la autopista 101 de camino al aeropuerto de destino.

Hasta este momento el piloto se encuentra en condiciones visuales, pero se mantiene demasiado bajo y cruza la 101 hacia las lomas cubiertas de niebla de Calabasas.

En los últimos momentos de vuelo se aprecia que el helicóptero trata de ascender, hasta que se pierde la señal radar. Al final ocurre el impacto.

A primera vista se podría especular que el piloto vuela muy bajo y puede haberse desorientado al pasar de largo la autopista que les llevaría, en un viraje a la derecha, camino al aeropuerto de destino.

Pero la verdad, o lo más parecido a ella, acerca del accidente que ha costado la vida a nueve personas no se conocerá hasta que la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB, por su siglas en inglés) emita el informe final del mismo.