La herida abierta

Eduardo Riestra
Eduardo Riestra TIERRA DE NADIE

OPINIÓN

05 ene 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Como un bumerán les vuelve ahora a los del Bloque Nacionalista Galego el asunto de la Autopista del Atlántico, que cuando comenzó a construirse fue calificada por sus ancestros de la ANPG como una «navallada» para Galicia. En aquel entonces se temía que nuestras vacas marelas se traumatizaran al tener que cruzar bajo el pavimento por unos túneles amenazadores y se les cortara la leche. Han pasado muchos años, más de cuarenta, y la autopista cambió radicalmente la vida de los gallegos, vertebró el país, nos comunicó a unos con otros. Y ahora cobra nuevo protagonismo, porque es otra vez la AP-9 la que va a dar el Gobierno a Pedro Sánchez de la mano del Bloque, quién lo diría. En Galicia mantenemos para unos inversores extranjeros uno de los mejores negocios que nadie hubiera podido soñar, a costa de gobiernos desaprensivos que han utilizado las prórrogas de la concesión para financiarse. Y es la tutela de ese negocio eterno como una condena lo que le devuelve al Gobierno gallego el de Madrid a petición de Ana Pontón, por apoyar la investidura del vivaracho malabarista.

Mientras los gallegos pagamos y pagamos, en otras partes de España se van reduciendo los costes de las autopistas o se liberan definitivamente. Dice Otegi que ya que Sánchez está dadivoso, es el momento de pedirle concesiones al independentismo vasco. Pues yo, que he sido bueno, voy a poner el zapato para ver si me trae una autopista gratis y una botella de whisky de malta. Este año no quiero corbata de seda.