Con la llegada del otoño reaparecen determinadas infecciones víricas, algunas tan comunes y banales como el catarro común y otras que se presentan como brotes, con varios casos en una determinada área geográfica. La parotiditis epidémica es una enfermedad infectocontagiosa aguda cuya característica principal es la tumefacción de las glándulas salivares, especialmente las parótidas, y en un 40 % de los infectados puede presentarse como una infección inaparente, con cansancio y algo de tos.
Desde que se introdujo la vacunación sistemática en los calendarios de vacunación infantiles, la mayoría de los casos son esporádicos y con buena evolución y suelen presentarse en adolescentes y adultos jóvenes. Aunque la parotiditis afecta a todos los grupos de edad, los más afectados en los últimos años fueron los jóvenes comprendidos entre los 15 y 24 años.
La vacuna de la parotiditis o paperas se administra junto con la del sarampión y la rubeola en un mismo inyectable en la edad infantil a los 12 meses y a los 3 años de edad. En la edad adulta se puede completar el calendario vacunal con una o dos dosis , según la edad y si no existe inmunidad previa, en caso de epidemia.
A pesar de la efectividad de la vacunación sistemática frente a la enfermedad, siguen produciéndose casos y brotes epidémicos que se atribuyen en gran parte a un descenso de los anticuerpos protectores con el paso del tiempo. La enfermedad está producida por un virus del género Paramyxovirus, que como otros se distribuye en el aire a través de las gotas de saliva contaminadas, por lo que en esta época debemos extremar los cuidados de toser con protección y lavar mucho las manos.
El único huésped del virus de la parotiditis es el ser humano, por lo tanto solo cabe una transmisión persona-persona.
La tumefacción en las glándulas parótidas (paperas) es el signo más característico y frecuente porque en condiciones normales la glándula no es palpable.
La tumefacción puede ser unilateral, pero en la mayoría de los casos es bilateral desde un principio. Los síntomas generales incluyen fiebre moderada, cefalea, malestar general, falta de apetito y dolor abdominal en la edad infantil.
La segunda manifestación en orden de importancia es la orquitis (inflamación de los testículos). Aproximadamente un tercio de los varones pospuberales afectos de parotiditis desarrollan orquitis, que habitualmente sigue a la parotiditis, aunque puede precederla o aparecer en su ausencia. La orquitis es muy rara antes de los 10 años.
La esterilidad en los varones puede ser una consecuencia de la orquitis, pero es muy rara, incluso en los casos en los que la orquitis haya afectado a ambos testículos.
Otras complicaciones de la infección por este virus puede ser la meningitis, que se manifiesta por fiebre alta en esta infección.
El tratamiento de la enfermedad es sintomático. Se pueden recomendar analgésicos en casos de dolor y antitérmicos si se presenta fiebre. Al ser una enfermedad vírica no son recomendables los antibióticos, salvo en el caso de complicaciones bacterianas con presencia de pus en las parótidas.