Síntomas y remedios de la enfermedad del sueño

pedro j. marcos FIRMA INVITADA

OPINIÓN

ATS

09 sep 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

«Esté tranquilo, pero llame a su empresa y dígale que los próximos días va a estar de baja y que no podrá ir a trabajar». Se trataba de un paciente obeso que llegó a la consulta porque roncaba y se quedaba dormido durante el día; yo era estudiante de Medicina y la frase se la dijo mi padre, neumólogo, tras preguntarle por su profesión y decirnos que era un conductor de un autobús escolar. Primer paciente de los cientos que vería posteriormente con la conocida apnea del sueño, o síndrome de apnea hipopnea obstructiva del sueño (SAHOS). No en vano se estima que afecta a entre un 6 y un 8 % de la población española, y es una causa frecuente de consulta en atención primaria y una de las principales en neumología. 

El SAHOS se caracteriza por una excesiva somnolencia diurna, trastornos cognitivos y cardiorrespiratorios secundarios y unos episodios en los que las paredes de la faringe bloquean total o parcialmente la entrada y salida de aire mientras el paciente duerme. Esas situaciones provocan un sueño no reparador que condiciona una excesiva somnolencia durante el día. Esta, además de deteriorar la calidad de vida, provoca un aumento de accidentes de tráfico o laborales. De hecho, tras la modificación del Reglamento General de Conductores, en el 2015, es necesario aportar un certificado favorable de la Unidad del Sueño para la obtención o prórroga del carné de conducir.

Suele afectar fundamentalmente a pacientes obesos, y los síntomas más importantes, además de las pausas respiratorias durante el sueño, son los ronquidos, señal que de por sí no implica ningún problema especial (quizá para los que duermen cerca), pero que puede estar indicando la presencia de un SAHOS de fondo. El diagnóstico, tras una adecuada valoración clínica, requiere la confirmación de la presencia de esas apneas mediante la realización de una poligrafía. El tratamiento médico más eficaz es la CPAP, una cada vez más pequeña y silenciosa máquina que se convierte en un nuevo compañero de cama y que, mediante la generación de un chorro de aire a presión continua a través de una mascarilla nasal, es capaz de insuflar dicho aire en la vía aérea, evitando que al quedarse dormido esta se colapse. Controlar la obesidad, simplificar el diagnóstico, avanzar en los nuevos tratamientos disponibles y optimizar un adecuado control de la gestión de dicho proceso son los retos a los que los profesionales y pacientes nos enfrentaremos en los próximos años.