Mejor no Gobierno que mal Gobierno

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño A CONTRACORRIENTE

OPINIÓN

30 jul 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

En contra de esa especie de clamor generalizado -incluso entre muchos de quienes están en las antípodas ideológicas de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias- para que se forme Gobierno cuanto antes, el que sea y como sea, mantengo la opinión de que para España es mucho mejor un no Gobierno que un mal Gobierno. Y que hasta sería preferible una repetición de las elecciones antes que resignarse a un Ejecutivo dañino para los intereses de la gran mayoría de españoles. La disparatada forma de proceder de Sánchez desde que ganó las elecciones, su desinterés por buscar acuerdos con partidos moderados que le permitan gobernar con una cierta estabilidad, y su caótica negociación final con Unidas Podemos constituye una estrategia que parece destinada a que los españoles acaben reclamando por agotamiento que se le deje gobernar a cualquier precio con tal de que España tenga un presidente. Pero yo creo que antes que ceder mansamente a esa estrategia de ganar la batalla por aburrimiento del personal, sería mejor que fuera Pedro Sánchez quien acabara entrando en razón renunciando a su pretensión, que siempre fue esa, de gobernar en solitario gracias a la derecha para luego aprobar o derogar leyes y mantenerse el poder con los votos de Unidas Podemos y los partidos independentistas, haciendo justo lo que a España menos le conviene.

Incluso en el conjunto de vaguedades que constituyó su discurso de investidura, el más lamentable sin duda en 40 años de democracia, fue posible percibir que, con Iglesias o sin él, su plan de Gobierno es una vuelta a lo peor del zapaterismo que nos ha llevado hasta aquí. Unas propuestas y unas medidas que supondrían un gasto público desaforado, pero sin concretar en ningún momento de dónde saldrían los fondos para aplicar unas políticas con tan escasa conexión con la realidad económica. Pero no hace falta pensarlo mucho. Semejante programa, además de ser nocivo para el futuro de los españoles, solo podría salir adelante mediante un brutal hachazo fiscal que afectaría principalmente a las clases medias, que son las que soportan el grueso de los ingresos de Hacienda. Y todo ello, además, a costa de seguir aumentando alegremente la deuda pública. Si ese es el programa de Sánchez, imagínense en qué se convertiría si se le añaden las delirantes propuestas de Unidas Podemos que, de ponerse en práctica, supondrían una trituradora de dinero público. Es decir, del dinero de todos los españoles, a pesar de que la vicepresidenta en funciones, Carmen Calvo, opine que «el dinero público no es de nadie». Una gran parte de los que, sin ser socialistas ni comunistas, abogan ya hastiados por que se deje gobernar a Sánchez e Iglesias, tardarían muy poco en darse cuenta de su error.

España necesita un Gobierno. Pero no cualquier Gobierno. Solo un pacto con las fuerzas constitucionalistas que garantizara la firmeza contra el independentismo, el rigor económico y la renuncia a freír a impuestos a los españoles justificaría que se dejara gobernar a Sánchez en solitario. Si no es así, mejor ir de nuevo a las urnas.