El miedo, aliado de Sánchez

Fernando Ónega
Fernando Ónega DESDE LA CORTE

OPINIÓN

18 jul 2019 . Actualizado a las 08:53 h.

Lo que cambian las consideraciones políticas en este país! Hace nada, los independentistas no eran de fiar para Pedro Sánchez. Negociar con ellos era poco menos que traicionar a la patria, según testimonios reiterados de Pablo Casado y de Albert Rivera. Es más: ambos líderes acusaron a Sánchez de forma reiterada de tener pactos ocultos con los soberanistas catalanes. Sin embargo, llega el tiempo de hablar de la investidura, y el Partido Socialista que dirige Pedro Sánchez se reúne con Gabriel Rufián y parece que, a pesar de reclamar la independencia, es un señor del que se pueden fiar. Y los líderes del PP y Ciudadanos no se rasgaron las vestiduras ni clamaron al cielo por semejante herejía. Debe ser que la noticia les sorprendió en el relax prevacacional.

El caso es que Rufián habló después de la reunión y dijo lo más razonable que se puede decir en las actuales circunstancias: que Sánchez e Iglesias dejen de lanzarse mensajes a través de titulares y, sobre todo, que dejen de amenazarse. Y quizá sin querer dejó algunas de las claves de los plazos y del desenlace de la investidura. Sobre los plazos, si no se consigue investir a Sánchez la semana que viene, en septiembre todo será peor por la sentencia del juicio del procés. Sobre el desenlace, si hubiera que ir a elecciones, sería dar una segunda oportunidad a las derechas para que conquisten el poder. En esto coincide con las últimas declaraciones de Ada Colau: también ella rechaza el retorno a las urnas, porque la derecha podría ganar. Ese es el espantajo que se sitúa sobre el sembrado político para asustar a las izquierdas reticentes.

¿Juega con eso Pedro Sánchez para sostener una posición de dureza frente a Pablo Iglesias? Explícitamente, no. Un presidente de gobierno, aunque esté en funciones, no puede plantear esos desafíos. Pero el conjunto de declaraciones de sus portavoces sí tiene ese sentido. Y en los últimos días, el manejo interesado de la presentación del partido de Errejón en el conjunto de España suena también a sutil aviso a Pablo Iglesias de que las elecciones pueden reducir todavía más su número de diputados. Si ya le quitó muchos votos y bastantes escaños en la Asamblea de Madrid, puede ocurrir lo mismo en el resto del país.

He aquí el factor miedo, que una vez más dispone a intervenir en la política y condicionarla. El miedo como sustituto del gobierno de coalición. El miedo como argumento para investir a un presidente del gobierno. El miedo como sustituto de las ideologías y los programas. El miedo como aglutinador de las izquierdas. El miedo como argumento complementario del Manual de resistencia. El miedo como último aliado, incluso socio, de Pedro Sánchez, quién lo iba a decir.