Campaña de pasión

Ramón Pernas
Ramón Pernas NORDÉS

OPINIÓN

13 abr 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando llegan estos días en los que mi pueblo, Viveiro, es un Golgotah que conmemora junto al mar los días grandes de su Semana Santa de origen medieval y franciscano, escribo puntualmente una colaboración en este diario y hago que desfilen los pasos procesionales a hombros de las palabras que convierto en frases llenas de recuerdos piadosos. Sostiene mi amigo Alfredo Conde mi fidelidad anual a la crónica de mi Semana Santa, que aguarda cada primavera. Pero este año, el relato se ha entreverado con el inicio de una campaña electoral en su legal fase final, tras varias semanas de alarmas demoscópicas y viejos planteamientos políticos que repiten historias e histerias ya conocidas.

Entre el elogio de la tauromaquia que la derecha popular promete incluso llevar a los planes de estudio colegiales, las fake news sistemáticas, el populismo carpetovetónico, el mirar socialista para otro lado esperando como en el adagio árabe ver pasar el cadáver de su enemigo, y las estrafalarias promesas que no se cumplirán, estamos llegando a una saturación de muy difícil asimilación.

Y todavía falta una larguísima segunda parte que deberá concluir el 26 de mayo con los comicios municipales, autonómicos y europeos. Va a ser complejo resistir, salir indemnes.

Este año la campaña electoral enturbia mi artículo de la pasión según Viveiro, y se trastoca en una autentica campaña de pasión que oculta la narración de la lluvia traidora que estraga los mantos de las vírgenes.

Asistimos por parte de los candidatos de las distintas formaciones que concurren a la cita del domingo 28 a una hipérbole continua con altibajos dialécticos y meteduras de pata mas propias del falabaratismo, variante política del cantinflismo, que de propuestas realizadas por personas cabales.

En vísperas de la nueva y pertinaz crisis económica que ya se deja ver al fondo del ultimo trimestre del año, con avisos siniestros del Fondo Monetario, del Banco Mundial y de los laboratorios de estudios económicos de los bancos, que no dejan de amenazarnos con avisos inquietantes, la economía parece estar ausente de los programas y de sus soluciones. El paro, la desindustrialización, la gran incógnita sostenible de las pensiones, la agonía demográfica del país, el drama del paro no parecen ser cuestiones que requieran un tratamiento de urgencia.

Esta Semana Santa va a resultar la mas laica que las del período republicano, los mítines sustituirán a las procesiones; en Málaga, cuando desfile el Cristo de la Buena Muerte al que acompaña la Legión, ya han anunciado su presencia Pablo Casado y Santiago Abascal, el próximo Jueves Santo.

Pero a nosotros, a los que hemos hecho de Viveiro un santo y seña, nos queda el silencio que nadie puede quebrar con proclamas y promesas de la procesión dos caladiños en la alta noche del Viernes Santo, que es toda una metáfora de esta campaña de pasión que ya se ha iniciado. ¿Resistiremos?