Payasadas televisivas

Enrique Clemente Navarro
Enrique Clemente LA MIRADA

OPINIÓN

Atresmedia

08 abr 2019 . Actualizado a las 08:24 h.

Ya se ha hecho tradición en las campañas electorales. Los políticos acuden a los programas de entretenimiento de televisión para tratar de demostrar lo humanos, majos y colegas que son. Ya sea ante Bertín Osborne, tan cómodo masajeando a los líderes de las derechas que se le vio con muchas ganas de votar a los tres. O sometiéndose a las ocurrencias de Pablo Motos, ya sea cambiando pañales, tocando (es un decir) la guitarra o escabulléndose de la pregunta sobre la relación con una famosa cantante. E incluso contestando las preguntas de niños en el programa de Ana Rosa, ante los que se hacen patéticamente los simpáticos, pese a que se les ve la impostura de lejos. En esta ocasión, Sánchez se ha puesto el traje de presidente del Gobierno y ha dado con la puerta en las narices a los que antaño no hizo ascos. Abascal prefiere el colegueo fraternal con el cantante que someterse a periodistas de verdad. Es como si quisiera seguir la máxima del libro del Tao: el que sabe, no habla; el que habla, no sabe. Pero, en realidad, él ha demostrado ya que no sabe nada, absolutamente nada, de los asuntos clave para gobernar un país. Eso sí, lleva España en el corazón. ¿Cuántos votos se decidirán en estos programas en los que los políticos simulan que son gente normal y corriente? Me imagino que muchos. Aunque, llámenme loco, sería mucho mejor que, más allá de las payasadas y simulaciones televisivas, dieran a conocer sus propuestas (detalladas, no con el trazo grueso habitual, sino poniendo las cifras en la mesa que avalan sus promesas electorales) sobre educación, sanidad, pensiones, crisis demográfica, impuestos, la España vaciada, ciencia o investigación y, sí, también Cataluña.