San Pablo y el papa

Sandra Faginas Souto
Sandra Faginas MIRA Y VERÁS

OPINIÓN

02 abr 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Pocos domingos por la noche tienen tanta chicha mediática como este último. Qué día, señor, de reflexión y de lección de periodismo tuvimos en La Sexta; mientras el papa Francisco le dio a Évole las claves milagrosas para ser un buen profesional como Dios manda; Pablo Iglesias, como un san Pablo, quiso adoctrinarnos sobre cómo deben gestionarse las relaciones entre la política y los medios de comunicación . Dos momentos gloriosos que, desde luego, sirvieron para elevar a una audiencia interesada en dos personalidades muy distintas y dos modos de entrevista también muy diferentes. No solemos estar acostumbrados a ver a Jordi Évole tan encorsetado en una puesta en escena que poco tuvo de entrevista (las preguntas se ceñían a un pacto previo sobre los refugiados), pero que desde luego consiguió la marca histórica de tener al papa Francisco en prime time hablando de la homosexualidad, las mujeres en la Iglesia y de Messi. Casi nada. Claro que unos minutos más tarde Ana Pastor y Pablo Iglesias se arañaron en un ring verbal en el que la periodista dio buena muestra de su estilo incisivo, abroncado y muy poco juguetón. Pastor no es santo de mi devoción, pero movió a Iglesias de ese confort al que muchos están hechos cuando pisan un plató con el fin de soltar su discurso, aunque a ella, es verdad, se le viese el plumero. Mejor pecar de exceso y pasarse de frenada que vivir en el limbo de no ganarse jamás el cielo.