Obrador y los ostrogodos

Eduardo Riestra
Eduardo Riestra TIERRA DE NADIE

OPINIÓN

01 abr 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Andrés Manuel López Obrador ha hecho más por la cultura española que todos los gobiernos de la democracia desde 1976. Ha conseguido con una carta que miles de españoles formen una red de investigación y docencia sobre los hechos ocurridos en los siglos XVI y XVII durante la llamada conquista de América. Solo deseo que esto no se apague tan rápido como las aventuras sentimentales de Chabelita Pantoja. Yo, por ejemplo, estoy releyendo el volumen de La historia verdadera de la conquista de la Nueva España, de Bernal Díaz del Castillo, que me compré en Porrúa -una edición encantadoramente rancia con un texto a dos columnas- cuando viajé por primera vez a México. Fue en noviembre del 2006, y la avenida de la Reforma, la vía principal de la inmensa ciudad, estaba cortada a la altura de Chapultepec por un campamento permanente de seguidores de AMLO que protestaban, con bastante razón, por la turbiedad de las elecciones presidenciales. Bernal Díaz del Castillo es un soldado de Hernán Cortés, y participa con él en los episodios más importantes de la historia de la conquista, entre ellos la prisión de Moctezuma y la Noche Triste, de la que sobrevive. Y solo muchos años después escribe lo que vivió entonces. Porque ya en el siglo XVI había cronistas que contaban sin haber estado y los acusaban de dar más muertes «que Atila y Atalarico», aunque solo fueran cuatrocientos y los indios combatieran armados hasta los dientes. Y yo por fin me entero de quién era Atalarico: un hijo de Teodorico.