El BNG entre todas las mareas

Xose Carlos Caneiro
Xosé Carlos Caneiro EL EQUILIBRISTA

OPINIÓN

Lavandeira jr | Efe

31 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

He escrito muchas veces sobre Ana Pontón. Desde la expectación hasta la decepción: porque pase lo que pase, el BNG siempre será lo mismo. Es su defecto. Pero en estos malos tiempos también su mayor virtud. Pontón le ha dado al nacionalismo ternura. Y no lo digo desde el afectismo barato ni desde la prosa melosa, en diapasón de Navidad, sino desde el sentido común que alguna vez me sobrevive. Me han enviado uno de sus vídeos navideños, frente a la puerta de su vieja casa. Allí se siente y allí es. Y su rostro lo decía, independientemente de las palabras que pronunciasen sus labios. Dije y vuelvo a decir que lo mejor que le ha pasado al nacionalismo gallego es Ana Pontón. Frente a las malas caras y las viseras y las palestinas, Pontón no puede ser mala aunque lo intente. No sé si eso es valorable en política. Ignoro si la saca de votos vendrá más llena. Pero es humana. Ese humanismo que nos define y nos defiende del frío político que nos oprime. Si Pontón fuese socialista, sería presidenta de lo que fuese. Y no he visto ministra con mayor capacidad que ella. Sin embargo, se pierde cuando quiere ejercer de verdugo (qué infame acusar de machista al PP y a las mujeres del PP y al líder del PP). Similar a Villares, que cuando quiere ser malo resulta peripatético. Villares se siente con «forzas renovadas» -dijo ayer en La Voz- pero su agonía política resulta evidente. A Pontón y a Villares les llegó la hora. A uno la de irse de nuevo al Tribunal, a la otra de convertirse en la política que lidere el cambio en Galicia, que va llegando. No el cambio en la Xunta, ahí el piloto parece no tener relevo. Pero sí puede liderar Ana Pontón el cambio en la oposición. El BNG no debe hacer absolutamente nada. Seguir con sus teimas, tan pérfidas para su partido como aliarse con ERC y Bildu en las Europeas. Pero el BNG es lo que es, dije y digo, y nadie puede cambiarlo. Si el marxismo no existiese, serían marxistas. Y si alguien dice Castelao, ellos son los más castelaonistas. Si independencia, ellos la gritaron antes que los catalanes. Si la concurrencia proclama que el PP es perverso, ellos levantan más la voz. Y luego venden aún las ideas de libertad que le agradan a los jóvenes. Pero ellos se han ido con las mareas. Porque los viejos coroneles de la UPG ya no descorchan estrellas sino vino ácido, sin más. No van con los tiempos. Sin embargo algo ha sucedido que todo lo va a cambiar: las mareas son pasado, sus disputas las han roto y las urnas certificarán mi aserto. Al BNG le queda el futuro. Esperar que regresen los hijos pródigos. Pero no todos. Ese que quiere aliarse con Ada Colau, que se alíe. Y la intelectualidad ultraburguesa, de pazo y salón y Galapagar, que siga con su cinismo. O que se vayan a romper espejos por las noches santiaguesas. Las mareas fenecen, revive el BNG.