La flor de la Navidad

Javier Guitián
Javier Guitián EN OCASIONES VEO GRELOS

OPINIÓN

27 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Son muchas las plantas que con motivo de la Navidad adornan nuestras casas y mesas, pero seguro que más de una vez se han preguntado cómo esa omnipresente planta de flores rojas, la Flor de Pascua, se ha convertido en el símbolo de estas fechas en prácticamente todo el mundo.

Cada cultura tiene, o ha tenido, su planta navideña: se ha utilizado el acebo para alejar los malos espíritus, el muérdago para besarse bajo su protección, u otras muchas especies que, en nuestras latitudes, tienen en común sus vistosas flores o la presencia de llamativos frutos en el invierno.

Tal vez sea esa la razón por la que la Poinsettia roja ocupa hoy un lugar preferente en nuestros hogares por Navidad, ya que sus llamativas brácteas rojas, que no flores, y su época de floración la han convertido en la flor de Navidad por excelencia. La planta originaria de México, conocida como Euphorbia pulcherrima, debe su nombre común al botánico y político norteamericano Poinsett, que la introdujo en Norteamérica.

Según cuenta la historia, aunque ya decoraba espacios religiosos, fue Poinsett, destinado en México, quien comenzó a regalar esta planta a sus amistades por Navidad, convirtiéndolo en una tradición; más de un siglo después, en Estados Unidos se proclamó el Día de la Poinsettia, el 12 de diciembre, como homenaje y conmemoración de la fecha de la muerte de su introductor.

La Poinsettia fue recolectada por primera vez por miembros de las expediciones botánicas de finales del siglo XVIII y del XIX, como las de Sessé y Moçiño y posteriormente la de Humboldt y Bonpland. Según los especialistas, el material vivo enviado a Alemania posteriormente fue la base para darle el nombre por el que hoy la designamos y el comienzo de su difusión.

Sin embargo, la apariencia de la Flor de Pascua que hoy conocemos es muy diferente de la que Poinsett encontró en las zonas tropicales de México. De una planta de porte medio, los horticultores han sido capaces de desarrollar arbustos más pequeños, adaptados al interior, además de crear nuevas variedades con brácteas grandes de llamativos colores amarillos, rosas, blancos o cremas.

Hoy en Europa se producen más de cien millones de Poinsettias de las que una décima parte son de producción española, concretamente se cultiva en Almería, Murcia y Cataluña. Prácticamente la producción española se vende en su totalidad en nuestro país y alcanza a cubrir la demanda, aunque existen importaciones puntuales de otros países europeos.

Es así como una planta de origen lejano simboliza hoy nuestra Navidad, aunque esa tradición tenga en España menos de cuatro décadas. Sin negar su belleza, yo me quedo con nuestras plantas.