El martes por la noche fue un subidón. La gente empezó a conectarse, a escribir en las redes, a aplaudir la llegada por fin a la televisión pública de un programa de música en directo de verdad. Como los de antes, sin estar ligado al show del reality; un espacio que solo se limite a la esencialidad maravillosa de tocar, de cantar y de entrevistar a gente que vive por y para la música. Eso es La hora Musa, que acaba de estrenar La 2, y tiene la frescura de su presentadora, Maika Makovski, que además de manejarse en un exquisito inglés sorprendió acompañando en el escenario a Juan Perro. El primer día el nivel fue alto: estuvo también Franz Ferdinand y La Mala Rodríguez, y fluyó bien, con naturalidad, con la fuerza de una estética y la certeza de que quien está detrás, que es Jero Rodríguez, que dirigió Cachitos de hierro y cromo, sabe bien cuál es el horizonte. Makovski dicen que aceptó en cuanto supo que el proyecto simularía el clásico Later… with Jools Holland, de la BBC, y ojalá se mantenga en esa línea pura de buenas actuaciones. Van a estar Bunbury, Simple Minds, Texas, Izal, Manolo García…, pero se echa de menos aquel arrojo de Paloma Chamorro en La Edad de Oro de descubrir a los más jóvenes, porque el perfil de los que nos rendimos el martes no fue precisamente de espectadores de 20 y 30 años. La hora Musa es un acierto y era una necesidad. Hemos tenido suerte.