Forza, Dépor

Ramón Pernas
Ramón Pernas NORDÉS

OPINIÓN

12 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

«Todo cuanto se sobre la moral y las obligaciones de los hombres se lo debo al fútbol». La frase es de Albert Camus, que en su juventud fue, al igual que sir Artur Conan Doyle, portero profesional de tan noble deporte. Los chavales de mi generación éramos todos del Athletic de Bilbao y yo uno de ellos hasta que me fui interno a A Coruña y, como Saulo, caí del caballo para convertirme a la fe verdadera, que no es otra que el compromiso de por vida con el Deportivo porque, como escribió Eduardo Galeano, «en su vida un hombre puede cambiar de mujer, de partido político, o de religión pero no de equipo de fútbol». Y desde entonces, desde que vi jugar en Riazor a Benegas, a Manolete o al gran Veloso, me convertí en militante de una patria de fútbol que no he abandonado. Me conmueve la lectura épica de la escuadra defendiendo los colores durante noventa minutos, ejercitando un ballet viril que resulta inexplicable si aplicas los argumentos de la razón, la fe inquebrantable de los aficionados que solo comprenden los latidos de su corazón al ritmo que marcan los jugadores y la adrenalina del gol que deja los tres puntos para el equipo que amamos. Me adentro en estos meandros de un columnismo que me resulta ajeno, para gritar hoy mas que nunca un nítido «Forza, Dépor» cuando mi equipo va a jugar la próxima temporada en Segunda. No pasa nada, el destino es a veces caprichoso y el fútbol ya no es lo que era, tiene un fondo estructural todavía deportivo, es el sueño de miles de chavales y correr la banda ya no es mas que una bella frase en un deporte muy profesionalizado, un lujo deportivo excesivamente caro y que exige una gestión financiera y organizativa, cuando menos rigurosa. El actual presidente del Dépor y su equipo directivo lo han hecho moderadamente bien pero su trabajo se ve empañado para la afición por el descenso. Yo creo que Tino debe proseguir su hoja de ruta, invitar a su nueva directiva a dos independientes, domingueros, como se llaman en las empresas del Ibex, capaces de añadir una dosis de pasión sosegada al corazón del deportivismo. Los esquemas románticos de dos grandes teóricos que pasaron por el club, Helenio Herrera y Arsenio, ya son solo dos líneas en la piedra filosofal de un deporte centenario. «Forza, Dépor», tomemos como un descanso a modo de inventario la próxima temporada, la del ascenso, Yo ya estoy guardando sitio virtual en Cuatro Caminos. Y como bien dice Rushdie: «Vale, escribir un libro o rodar una película esta bien, pero que el Tottenham le gane 3-2 al Manchester no tiene precio. Somos de primera.