Empeoramos

Ernesto Sánchez Pombo
Ernesto Sánchez Pombo EL REINO DE LA LLUVIA

OPINIÓN

12 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Si bien lo miramos, nadie, absolutamente nadie, puede sentirse satisfecho de la salida que se le ha dado a la crisis de Cataluña. Porque ni Quim Torra, ni Puigdemont, ni Rajoy, que son los tres actores principales, han logrado cumplir sus propósitos ya que a ninguno de ellos favorece el escenario que se planteará partir de mediodía de hoy. Es un tirar hacia adelante sabiendo que el camino marcado no conduce a ningún lado.

Lo único positivo para el presidente Rajoy es que tiene garantizado su despacho hasta el 2020, porque realizada la investidura se retirará el 155, se aprobarán los presupuestos y el jefe del Ejecutivo tendrá asegurada su permanencia.

Es la parte positiva. La negativa es todo lo demás. Torra es un independentista iluminado que llega con la misión de recuperar aquella república que tuvo ocho segundos de vida y no va a facilitar ninguna otra opción. Además, a su radicalismo se añadirán las consignas que le lleguen del fugado y su fobia que lleva en el ADN por todo lo que huela a España, porque ya se sabe que los españoles no sabemos lo que es la vergüenza y solo nos dedicamos a expoliar, según sus mensajes en Twitter.

Tampoco gana Puchi, a pesar de nombrar el presidenciable, porque buscó durante meses y con escaso éxito su propia investidura. Trabajo costó hacerle entender que él ya formaba parte de la historia y que dispone de las mismas posibilidades de ser elegido que Ladislao Kubala. Mantiene el líder de la revolución de los señoritos, eso sí, el control sobre lo que se haga en Cataluña, sobre el candidato y su partido, pero haciendo asumido que está llamado a pasar largos años deambulando por Europa o los mismos en una prisión española, según sus propios lamentos. El fugado tampoco quería este escenario. Como tampoco lo deseaba Quim Torra a quien el jefe ya le ha dicho que no le utilice el despacho presidencial, no porque piense volver sino como muestra de quien es el que manda y ordena. Quim sabe que va a tener que hacer lo que le exijan telefónicamente desde cualquier lugar de Europa y de antemano asume su papel de títere que, según el diccionario de sinónimos, es lo mismo que decir que es un pelele. Por eso que en esta nueva etapa nadie sale ganando. El conflicto no se resuelve, tan solo se prolonga. Y por eso todos salimos perdiendo, sobre todo usted y yo. Que últimamente es para lo que estamos en este país. Para ser perdedores.