Un discurso prebélico

Miguel-Anxo Murado
Miguel-Anxo Murado EL MUNDO ENTRE LÍNEAS

OPINIÓN

MICHAEL REYNOLDS | efe

09 may 2018 . Actualizado a las 07:17 h.

Donald Trump se cree un gran negociador. Incluso escribió un libro titulado El arte del acuerdo. Sin embargo, no entiende el principio básico de los acuerdos: que una vez firmados no se rompen. Lo comprenderá mejor dentro de unas semanas, cuando empiecen las conversaciones sobre el armamento nuclear de Corea del Norte. Ahora que Piongyang ha visto que Estados Unidos se permite deshacer tratados ya firmados, ¿por qué va a confiar en nada de lo que les prometa Washington?

Pero Trump ha ido más lejos en su comparecencia de ayer para anunciar que se retiraba del acuerdo nuclear con Irán. Ha utilizado un tono inusitadamente duro, casi prebélico, mezclando otros asuntos que nada tienen que ver con el acuerdo nuclear, como la guerra de Siria o el apoyo de Teherán a Hezbolá (y a los talibanes y a Al Qaida, dijo, para estupefacción de cualquier conocedor de la política internacional). Este argumentario delata el origen de su visión sobre el acuerdo con Irán: bebe directamente de las fuentes israelíes cuya credibilidad ha cuestionado la propia CIA, pero que Trump acepta a pies juntillas. No es ningún secreto que Israel, y Arabia Saudí, querían acabar con este acuerdo a toda costa, y no con este en concreto, sino con cualquiera, puesto que supone una normalización de Irán, su aceptación en la comunidad internacional. Finalmente, han conseguido su propósito.

Por su parte, Europa ha dicho que ellos sí seguirán respetando el tratado, pero es una pose vacía: una vez que Washington lo abandone, será papel mojado. Es entonces cuando veremos si es cierta la supuesta unidad frente a Trump de la que han querido hacer gala los europeos. De momento, el presidente francés Macron ya había aceptado renegociar el tratado, algo que está prohibido en sus estipulaciones. Alemania y Gran Bretaña también se inclinaban últimamente por aceptar esta idea, que era la de Trump. Nadie pierde dinero apostando a que Europa se doblegará ante las exigencias de Washington, así que seguramente pronto volveremos a oír hablar en Londres, París y Berlín de «la necesidad de confrontar la amenaza iraní».

¿Qué ocurrirá ahora? Sin tratado, por supuesto, Irán es libre de perseguir la fabricación de armas nucleares sin ninguna cortapisa ni inspección. La única manera de impedirlo sería ya mediante la guerra. Todo esto hace que aumente la posibilidad de un conflicto armado. Pero esto no quiere decir que la guerra esté cerca. Aunque Trump tiene la irresponsabilidad suficiente para conducir al mundo a una conflagración, le falta el temple, que también es necesario. Lo que sí veremos es un aumento de la tensión en Oriente Medio, especialmente entre Irán y Arabia Saudí e Israel, quizás un recrudecimiento de la guerra de Siria y el retorno a un régimen de sanciones («el más duro posible», decía ayer Trump) cuyos efectos solo nota la sufrida población iraní.