Los personajes del año

Juan José Moralejo Álvarez

OPINIÓN

07 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Es inveterada y loable usanza rematar el año haciendo inventario de los entes y de las entes que se han distinguido a lo largo y a lo ancho de él; la prensa chismorreica y murmuradora ya publicó sus listas, que no he tenido el disgusto de consultar y en las que supongo que estarán, por ejemplo, aquella inefable moza que aprovechó la TV para pedir teléfono a golpe de ubre, y todos los inefables, imponderables, inmarcesibles e inevitables monstruos sagrados de siempre. Y lo de sagrados... es un decir. Bueno, lo de monstruos... también. Ahí va mi lista; de personajes imaginarios. pero no irreales;

Perico I, gobernante: le da al gobernalle por el sano procedimiento de hacer recordar que cualquier tiempo pasado fue peor; entretanto, da una de arena y otra de arena, y espera que la de cal le caiga del cielo. Parece ignorar que es fácil pasar de un gobierno de la mayoría a una mayoría sin gobierno.

Perico II, gobernado: opina que cualquier tiempo pasado fue mejor; delira que Perico I es de izquierdas o, cuando menos, izquierdoso. Dice que, si hay que pagar impuestos, que lo borren de la lista.

Perico III y Perico IV, diputados: pierden el tiempo y se gastan las dietas que salen de mis impuestos en decirse que tienen las espaldas muy anchas -¡Fíjese, fíjese, su señoría, qué espaldas tan anchas tengo! ¡Vea, palpe, qué hombreras, qué sisa, qué canesú!- en exigirse expedientes de limpieza -¡Eche su señoría la patita por debajo de la puerta!, ¿Dónde estaba su señoría la noche en que mataron a Prim?, ¿Qué me dice de la muerte del Mar Muerto?- y, en suma, en perder el tiempo.

Perico V, ministro: cuando va a pronunciar un discurso o conceder una entrevista, los subordinados le preguntan: ¿A qué hora sembrará la confusión el señor ministro?

Perico VI: dirige un partido «de masas» que cuenta con cien miembros y reúne doscientas cincuenta personas - toma masas!- en manifestación. A lo largo del año ha rexeitado incluso que el Duero pase por Zamora y ha esixido xa que el Ebro desemboque en Alicante. Acusa de irrealismo a sus discrepantes.

Perico. VII: él solito ha embadurnado no menos de cien metros cuadrados de pared ajena Cultiva la poesía social y de masas; por ejemplo: «El pueblo que avanza se llenará la panza».

Perico VIII: maniqueo especializado en pedir explicaciones y comisiones sobre los sucesos de Málaga y Tenerife. Y nada más.

Perico IX: maniqueo especializado en pedir explicaciones y comisiones sobre los sucesos de Pamplona e Irún. Y nada más.

Perico X, «universitario»: se dejó caer por Santiago hacia el quince de octubre y desapareció el seis de diciembre. No se perdió mesa redonda, desalojo, encierro, huelga ni asamblea alguna. Tenía un parcial a las nueve, pero no madruga ni cree que estén puestas las calles a esas horas. Observó religiosamente los puentes.

Perico XI, «tecnoprogre»: eso de pagar expropiaciones, respetar servidumbres, que los paisanos no tengan derechos, le parece una broma pesada de Moscú. Opina que autopista, sí, y pasando por donde sea y como sea, y a tiros, si hace falta.

Perico XII, «progre-pobre»: la autopista es miseria y muerte. Una trampa para hacernos una central nuclear en la cocina de casa.

Perico XIII: una buena mañana descubrió que sabía y quería hablar gallego a la perfección. Fuera libros y fuera prácticas; ahora va viento en popa: ya tiene gabardiña, sabe mediciña, protesta contra los asesiños y dobla las esquiñas. Y habla no solo con oraciones coordiñadas sino también con subordiñadas.

Bueno, los paisanos no le entienden muy bien, pero ya se sabe que son lentos de entendederas y ni siquiera saben que teléfono es una palabra extranjera e imperialista, y que lo gallego auténtico es escoitofono.

Perico XIV: no hay pacto que le sirva, ni elecciones que le satisfagan, ni acuerdo que le convenza, ni iniciativa que le agrade. Cuando él mande -que no mandará, Dios mediante- no hay pacto, ni acuerdo, ni elecciones ni gaitas. Mientras no manda, es cabeza y vanguardia de las clases democráticas y mesas certero e indiscutible de lo que necesita el noventa y nueve por ciento del censo electoral que no opina como él. Bueno, él no opina: sentencia,

Perico XV: igual en todo a Perico XIV, excepto en que no es cabeza y vanguardia de las clases democráticas, sino encarnación noble y viril del más acendrado, caballeroso y caballeresco patriotismo de los hombres de bien que bla, bla, bla.

Eso sí, igual de mesías que Perico XIV.