Todos quieren ser Birgitte Nyborg

Tomás García Morán
Tomás García Morán CUADERNO ELECTORAL

OPINIÓN

Esben Salling

13 dic 2017 . Actualizado a las 07:30 h.

Las posibilidades de que ni Junqueras ni Puigdemont ni Arrimadas alcancen la presidencia de la Generalitat son altas a pesar de que son los cabeza de lista de las tres formaciones empatadas en todos los sondeos. Y por tanto desde el inicio de campaña todos los demás se han intentado apropiar de la figura de Birgitte Nyborg, el personaje de ficción de la serie danesa Borgen, que (atención, spoiler leve) se convierte en la primera ministra de Dinamarca desde la tercera fuerza política, ante el veto mutuo de laboristas y conservadores. Los independentistas catalanes han mirado mucho a Dinamarca en los últimos años (España nos roba, liberados de ese yugo seríamos Dinamarca con sol). Y ahora son sobre todo Iceta y Domènech quienes quieren ser el candidato Borgen.

El candidato socialista le dijo ayer a Julia Otero que hay que ser realistas: la suma del bloque unionista no acaba de dar, y por tanto socialistas y Ciudadanos están abocados a abrirse a algún acuerdo con los comunes.

El líder de la franquicia catalana de Podemos, por su parte, se pasea por toda Cataluña con una llave que muestra al público en todos los mítines. La única llave que, según los comunes, puede desbloquear la legislatura. O Domènech es Nyborg o Cataluña quedará intervenida por el 155 de forma indefinida

Ayer no fue un buen día para Domènech. Por la mañana le pillaron en un renuncio en RAC1. Llevaba días criticando a Rovira y Arrimadas por no saber cuántos parados hay en Cataluña -ambas estuvieron de acuerdo en un debate que «anda en torno al 20%», pese a que es el 12,5%-. Pero cuando el periodista Jordi Basté lo llevó a su territorio y le preguntó por cuántos desahucios había habido en lo que va de año, tuvo que admitir que no lo sabía. Y por la tarde tuvo que tragarse el sapo de ver al excomún Dante Fachin en un mitin de ERC. Para que nadie se cele, hoy lo hará con la CUP.

Otro posible tapado para presidir la Generalitat podría ser el exconseller Carles Mundó, si no fuera porque Junqueras se precipitó nombrando sucesora a Rovira. Mundó, que el domingo volvió a la cárcel de Estremera para visitar al líder de ERC, es el único político del universo indepe que no vive abonado al realismo mágico. El único que se atreve a admitir lo que es evidente: que después del 21D, gane quien gane, habrá que acometer un relevo en las cúpulas de las formaciones soberanistas, porque las actuales estarán inhabilitadas para la política durante una buena temporada.