Ignorancia y mentiras

Raúl Romar García
Raúl Romar AL TIEMPO

OPINIÓN

10 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La ignorancia, si es atrevida, es una «práctica de riesgo». Y si se acompaña de una mentira, o de una falsedad si se prefiere, es una manipulación. Si ya de por sí es lo suficientemente grave, más aún lo es cuando en juego está la salud. Entonces podría considerarse como un atentado contra la sanidad púbica. Asegurar que la vacunación es una «práctica de riesgo» y que nadie ha podido demostrar «la seguridad de las vacunas» es tan falso como asegurar que la lejía cura el cáncer o que el ajo es mano de santo para el sida. Son mentiras, pero peligrosas. Admisibles, aunque no comprensibles, en una barra de bar, pero no dichas en boca de un representante público, y menos aún en un foro como el Parlamento Europeo. La seguridad de las vacunas no es algo opinable, sino que está demostrada con hechos verídicos, comprobables y contrastables. Así es como funciona la ciencia, no con especulaciones. Son, probablemente, los medicamentos más regulados y sometidos a todo tipo de ensayos antes de que se suministren a la población. ¿Que en algunos casos tienen efectos secundarios? Todos los medicamentos los tienen, hasta la inocente aspirina, pero cuando se decide administrarlos es porque sus ventajas superan, con mucho, a sus exiguos inconvenientes, y porque es el médico el que los receta en función del análisis previo de los pacientes y el que decide en qué casos deben administrarse, o no, si considera que puede existir alguna reacción. ¿Vamos ahora a cuestionar también la profesionalidad de los médicos? Pues es lo que se acaba de hacer. Y sí, algunas vacunas contienen aluminio. Mejor dicho, sales de aluminio, pero en cantidades ridículas y muy inferiores a las que ingerimos a través de los alimentos. Nunca se registró un efecto adverso por este compuesto. También es algo comprobable y verificable. A Lidia Senra le pudo haber movido la mejor de las voluntades cuando presentó su pregunta en el Europarlamento, pero, consciente o inconscientemente, miente. El hecho irrefutable es que las vacunas salvan cada año a millones de personas.