¡Mírame a los ojos!

Uxio Labarta
Uxío Labarta CODEX FLORIAE

OPINIÓN

15 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

No fuimos lo suficiente cautos respecto a la concepción de la democracia desarrollada por Carl Schmitt que tanto éxito tuvo en los años 30. De ella derivan los autoritarismos y la división de los ciudadanos entre leales y sospechosos. Y si esto lo vimos en las sesiones del Parlamento de Cataluña que aprobaron las leyes de desconexión, no por ello ha dejado de estar en los comportamientos de Gobiernos con mayorías absolutas, bien con abusos del decreto-ley, bien en someter la corporación de radiotelevisión al mandato de la mayoría simple, o en aprobar la ley mordaza o la ley de educación del embajador Wert, a la contra de todos.

Puigdemont y Junqueras han puesto en el punto de mira a los alcaldes desafectos con ese estremecedor ¡mírame a los ojos!, iniciando la persecución del contrario. Y al igual que hizo el diputado Coscubiela en su reivindicado discurso ante el atropello de las minorías por Puigdemont, Junqueras y la CUP, los alcaldes y concejales del PSC de 350 municipios se han alzado ante las amenazas: «Ni podemos ni queremos callar, ni mucho menos escondernos», a la vez que piden diálogo institucional para reformar la Constitución y reconocer la plurinacionalidad de España mediante un «encaje justo y generoso para la nación catalana». Ni Coscubiela en su discurso, ni los alcaldes y concejales del PSC en su escrito apoyan las políticas del Partido Popular, pero sí el derecho de los ciudadanos a no someterse a ningún dictado autoritario.

Se puede estar de acuerdo con Rajoy en que no es el culpable del desaguisado en que han incurrido los soberanistas, pero desde luego es responsable de la situación actual, luego de estos cinco años de Gobierno popular y ruptura de relaciones con Artur Mas y los suyos. Tampoco me atrevo a señalar a Rajoy como la rama más nacionalista del PP, y quizá deba de contener a algunos de los suyos en sus ansias, pero tengo curiosidad para que algún historiador, sociólogo o politólogo analice las políticas populares desde el 2004 que permitan comprender qué estrategias sostuvieron la recogida de firmas contra al Estatuto del 2006, mientras se jugaba a los apoyos mutuos con los nacionalistas. Porque análisis como el de Javier Tusell en El aznarato, o incluso La aznaridad, de Vázquez Montalbán, no alcanzan esa etapa. Mientras sí es posible conocer cómo se ha fraguado el poder nacionalista en Cataluña acudiendo por ejemplo a clave K, de Margarita Rivière, o los más recientes tomos de El catalanismo, del éxito al éxtasis, de Martín Alonso Zarza.

Entretanto, Rajoy, con el actual apoyo de Pedro Sánchez y Rivera, quizá pueda gestionar esta crisis, pero no debe olvidar que el día 2 deberá abrir la negociación política que no ha hecho en estos años, porque Pedro Sánchez está en una apuesta de dialogo con el independentismo, pero en la que el PP es necesario. Nueva política o el conflicto imposible de siempre. Tan trabajado.