Vida a crédito

César Casal González
César Casal CORAZONADAS

OPINIÓN

Isabel Muñoz Torres | efe

05 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuesta de enero. Cuesta de septiembre, con los gastos escolares que se van a la cumbre de los mil euros por hijo. Este sábado es la subida vertical y dramática al Anglirú de la Vuelta, en ese paraíso que es Asturias, y suena a metáfora de la economía real. Porque para vuelta ciclista con sufrimiento el Anglirú que pasan los ciudadanos (no confundir con el partido) al intentar subir la pared vertical del equilibrio entre los gastos y los ingresos. Queréis llegar a fin de mes y aquí es donde vais a empezar a pagar. Los que tienen nómina porque están asfixiados. Se vive a crédito. La otra cuesta son esas fechas de los pagos del dinero de plástico. Los que tienen nómina jibarizada, y no les llega ni de coña, están a punto de ser nominados para abandonar la casa. Al límite. Y los que no tienen nómina ya no pueden ni hacer números. La cábala para ellos es lo que fue siempre la cábala: un misterio. ¿Después del rescate de los bancos, para cuándo el rescate de las familias? De los seres humanos que intentan salir adelante y que son como la hormiga inexpugnable que se coló en los sistemas de seguridad de la Dama de Elche. La gente corriente que se esfuerza como un ejército de hormigas. Que no falla. Que está ahí, siempre en el tajo, en el Ebro y donde haga falta. Que se levanta los lunes y los martes para currar. Y los sábados y los domingos. ¿Cuándo no se curra en una familia? Esa gente corriente que tiene la cuenta corriente deshecha, con los impuestos directos e indirectos que son más letales que las tropas de los que no respiran y que han cruzado el muro por el norte. Los políticos que digan lo que quieran: vivir hoy, intentar salir adelante, que decían nuestros padres, es morir a crédito. El Titanic de las familias se hunde mientras la orquesta toca Despacito eso de Felices los cuatro.