Los Zetas

Francisco Ríos Álvarez
Francisco Ríos LA MIRADA EN LA LENGUA

OPINIÓN

29 oct 2016 . Actualizado a las 10:06 h.

Uno de los dos periódicos más cuidados de España publicó hace unos días una extensa crónica sobre las últimas actividades de los Zetas, un cartel de la droga mexicano. A lo largo del texto se sucedían las menciones a la organización alternando los Zetas y Los Zetas, lo que seguramente desconcertó a más de un lector.

Hay algunas entidades y numerosas organizaciones que toman como nombre el que designa a sus miembros como tales, pero en plural. Van desde cuerpos de seguridad, como el catalán de los Mossos d’Esquadra o Mozos de Escuadra, hasta bandas de delincuentes, pasando por peñas de hinchas más o menos radicales de clubes de fútbol. El cuerpo de los Mossos d’Esquadra, llamado también Policia de la Generalitat, está integrado por mossos (mozos), aunque algunos están al borde de la jubilación. 

Los Latin Kings son una organización juvenil violenta implantada en varios países americanos, que ya hace tiempo puso un pie en España. Comparte nombre con sus integrantes, los latin kings. Cuando se trata de la banda, se escribe con mayúscula. Para designar a sus miembros, como en el caso del catalán mossos, escribimos el nombre con letra cursiva, pues latin kings es inglés. Los californianos Crips son otra de esas violentas pandillas con miles de miembros, los crips

Otra cosa fue el Partido de los Panteras Negras, más conocido como los Panteras Negras, a cuyos miembros se los conoció como panteras negras.

Entre los futboleros aparecen los Ultras Sur, nombre que, aplicado a sus integrantes, se convierte en ultrasur, y los Boixos Nois (‘chicos locos’, en catalán), en los que se agrupan los boixos nois

Organizaciones tan dispares tienen en común el sistema de denominación: el plural del nombre que se da a sus miembros. Obsérvese que aparecen en los textos precedidas de artículo determinado, pero siempre con minúscula, pues no forma parte del nombre propio. Por eso, el caso de los Zetas debería seguir el mismo patrón, del que solo podría salirse si alguno de sus responsables registrase el nombre como Los Zetas en el departamento correspondiente de la Administración mexicana. 

En su origen, esta banda estuvo formada por desertores de un cuerpo de élite del Ejército mexicano. Uno de sus fundadores fue comisionado en la Policía Judicial Federal. Su nombre clave para las comunicaciones por radio era Z-1. Otros altos mandos de ese organismo eran Z-2, Z-3, etcétera. Los integrantes de la nueva organización criminal adoptaron inicialmente esa forma de designarse y a partir de ahí se convirtieron en los zetas y aquella en los Zetas.