Sin aliño

Carlos Agulló Leal
Carlos Agulló EL CHAFLÁN

OPINIÓN

14 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La realpolitik adquirió mala fama pese a que en su origen, en tiempos de Von Bismarck, el objetivo fuese frenar los abusos de los imperios y la carrera bélica en la Europa que corría sin freno hacia la Primera Guerra Mundial. La mala prensa de la realpolitik quizás venga de que algunos lo convirtieron en aquella máxima atribuida a Groucho Marx de «Estos son mis principios... si no le gustan tengo otros». Pero lejos de esa visión cínica, se trata de una concepción pragmática de la acción política en la que las máximas programáticas a veces han de quedar en segundo plano en aras del logro de un objetivo.

Por lo que se ha ido sabiendo en los últimos días, el revés que han tenido que encajar los ayuntamientos de A Coruña y de Ferrol, que se quedaron fuera del primer reparto de los fondos europeos Eidus, podría tener su origen en una actuación que estaría en las antípodas de aquel proceder práctico. Documentos cargados de aliños ideológicos frente a la concreción de planes para la inversión de 30 millones de euros habrían sido decisivos para que los técnicos puntuasen mejor otras propuestas. Responsables de la tramitación de los proyectos han reconocido, más o menos a regañadientes, que se habían cometido errores.

Estos días Hacienda recibe las alegaciones contra el reparto. Dicen los expertos que no es fácil que la decisión cambie y que, en todo caso, hay una segunda vuelta en la que algo se podría rascar. Para ello habrá que corregir un error de principiante: los fondos financian políticas, pero los documentos justificativos no pueden ser pasquines. Algo de realpolitik viene bien. Dicho de otro modo, es bueno caminar con los pies en el suelo si no quieres perder. Por puntos o por k.o.