La cumbre de la UE en Bratislava

Gonzalo Parente VENTANA AL MUNDO

OPINIÓN

16 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La reunión del Consejo Europeo que se celebra en la capital de Eslovaquia ha concitado inquietudes y esperanzas, dentro del ambiente de desconfianza que se ha creado en la UE por el brexit y sus consecuencias. Han surgido inquietudes por parte de aquellos países que rechazan la política de inmigración establecida por la Comisión para acoger a los refugiados, incluso de rebelión política por parte del grupo de Visegrado (Hungría, Polonia, República Checa y Eslovaquia, donde se celebra la cumbre).

Resulta así comprensible que los dirigentes de la UE muestren su firmeza para proclamar que el proceso europeo está en marcha y nadie lo va a detener: ni los que amenazan con salirse, como los británicos, ni los disidentes. Reconociendo que existen problemas graves, como los refugiados, el terrorismo yihadista y la crisis económica, en esta cumbre se van a ofrecer pasos a dar, dentro de una hoja de ruta para buscar soluciones a los problemas que acucian a los países europeos en un momento tan crítico como el que vivimos.

Porque el proyecto europeo es un proceso lento y a largo plazo que exige confianza en el futuro comunitario y sacrificios nacionales para aportar la cooperación necesaria al bien de todos. Es verdad que hay naciones que a veces actúan por su cuenta, sin pensar en común, pero también es verdad que se ha avanzado mucho en paz y prosperidad en esta Europa de 500 millones de personas.

Veremos si de esta cumbre se sale con más esperanza de futuro y se derrota a los agoreros del proyecto europeo.