La insoportable levedad del no debate

César Casal González
César Casal CORAZONADAS

OPINIÓN

13 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Falta mucho para votar. La intrascendencia del no debate de anoche en la TVG, sumada al tiempo que resta para las elecciones, hace que los presuntos indecisos se quedasen como estaban. Imposible debatir cuando el cronómetro lo dirige todo. El corsé de segundos y minutos ahogó las propuestas. Tienen más flexibilidad los bises del concierto de fin de año en Viena, que son siempre los mismos, que lo que vimos. Las reiteradas instrucciones de los presentadores hicieron que naufragase la sana dialéctica que se le supone a unos candidatos. Ante la imposibilidad de la soltura de las réplicas y la calentura de los hachazos, el encuentro de los cinco degeneró en monólogos. Leiceaga, con sus cartones. Villares, pasando páginas. Losada, leyendo directamente de sus papeles. Pontón, que estuvo más agresiva, colocó un par de frases/golpes bajos. Feijoo, con más tablas, apenas pudo exponer qué es lo que quiere hacer si sale reelegido. Sobre el plató, en definitiva, estuvieron dos políticos por hacerse, al dente, (Villares y Leiceaga); dos políticos profesionales (Feijoo y Pontón) y una política por definirse u objeto volante no identificado (Losada). Por supuesto, los cinco muy preocupados por los habitantes, por nós, subrayando sin parar que somos buenísimos y que merecemos mucho más. ¿Por qué los políticos nunca están a la altura de la gente que está en el tajo o en el paro? Lo que quedó blanco y en botella es que se trata de elegir entre Feijoo o una coalición dispar. Lo demás fue un empacho espectacular de cifras y cifras. Atrae más leer las normas del críquet. Candidatos y aspirante a la reelección tuvieron momentos en que parecían más unos opositores a una plaza de contabilidad que posibles presidentes. Hay debates en los portales de nuestras comunidades de vecinos mucho más divertidos que lo de anoche. El que no cambió de canal es que estaba obligado a atender. A atender, no a entender. No creo que haya tantos indecisos. La gente no dice a quién va a votar, pero lo sabe.