Pedro Rajoy y Mariano Sánchez

Ernesto Sánchez Pombo
Ernesto S. Pombo EL REINO DE LA LLUVIA

OPINIÓN

03 ago 2016 . Actualizado a las 08:12 h.

Son perfectamente intercambiables. Uno puede ocupar el lugar del otro y si así fuera, tendríamos serias dificultades para descubrirlo. Se han recluido en una posición de conveniencia que les permita salir airosos ante los suyos. Todo lo demás importa poco, por mucho que traten de convencernos de lo contrario. Y uno apela a la responsabilidad del otro, mientras este saca a relucir el compromiso ante los ciudadanos; obligación, por cierto, que se llevan pasando por el forro de la americana desde hace más de siete meses.

El espectáculo dado ayer por Mariano Rajoy y Pedro Sánchez o por Pedro Rajoy y Mariano Sánchez, que lo mismo tiene, debería pasar a figurar en los manuales universales de ciencia política.

Eso sí, avance hubo, porque tras casi ocho meses, Rajoy y Sánchez comparten lo urgente y necesario que resulta formar Gobierno. Ya es bastante. Pero cada uno de ellos le coloca al otro tal responsabilidad. Quien celebró el triunfo bailando en el balcón de Génova se ha venido abajo y pide al socialista que le eche una mano bajo amenaza de terceras elecciones, y este, que se ha venido arriba, se muestra intransigente y apela a que cada uno resuelva sus problemas y sin nombrarlos trae a la memoria de todos los últimos cuatro años de sacrificios y despropósitos.

Y entre uno y otro, 46 millones de ciudadanos, aburridos, desesperados y exhaustos de tanto trilerismo y sin comprender qué ocurre por muchos esfuerzos que dicen hacer. Y con el riesgo de que en la próxima comparecencia ya no sepamos distinguir a Pedro Rajoy de Mariano Sánchez. O viceversa. Aunque convencidos de que harían un gran servicio si desaparecieran de nuestras vidas.