Díaz, a la yugular de Sánchez

Enrique Clemente Navarro
Enrique Clemente LA MIRADA

OPINIÓN

02 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Nos repitieron una y otra vez que Pedro Sánchez estaba dispuesto a cualquier cosa, a cualquiera, con tal de ver saciada su pantagruélica ambición de llegar a La Moncloa. Dieron por hecho que este político al que pintan carente de principios y valores iba a pactar con los independentistas catalanes. Por el otro lado del espectro político, decían que pactaría con el PP la gran coalición, que su acuerdo con Ciudadanos era solo una estratagema para lograr ese objetivo, con el apoyo del sistema, el Ibex 35 y todos los poderosos que se puedan imaginar. Pero, hete aquí, que ni pacto de izquierdas con el visto bueno de los secesionistas ni pacto con el PP. Sí, Sánchez quería ser presidente. Que lo pretendiera con solo 90 escaños era un sueño imposible. Su intento de poner de acuerdo a Ciudadanos y Podemos estaba destinado al fracaso, suponía la cuadratura del círculo. Por fas o por nefas, Sánchez desechó el camino que le habría hecho presidente con Podemos, aceptando la abstención de los secesionistas como si no fuera con él, y también rechazó la vicepresidencia con Rajoy al frente. Ahora lo tiene muy difícil, incluso para seguir liderando el PSOE tras el 26J. Susana Díaz le ha saltado a la yugular, ha enmendado todo lo que ha hecho durante estos cuatro meses y se ha convertido en defensora acérrima de Eduardo Madina. Una estrategia que parece perfectamente diseñada para debilitar al máximo al aspirante socialista a La Moncloa. La presidenta andaluza sabe perfectamente que transmitir una imagen de división en el partido tiene un coste electoral muy elevado. Sánchez irá a las urnas con el aliento en el cogote de Díaz, que se mantiene a la espera para asestarle el golpe definitivo, y la amenaza del sorpasso de Podemos. Al límite.