¿Todos rehenes?

Carlos G. Reigosa
Carlos G. Reigosa QUERIDO MUNDO

OPINIÓN

04 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Da la impresión de que todos nuestros partidos se han convertido en rehenes de algunos compromisos más o menos visibles que los hipotecan o condicionan. Hasta ahora se ha hablado de estos límites en los casos del PP, del PSOE y de Ciudadanos. Pero resulta muy paradójico que no se diga nada de Podemos, que es el más condicionado de todos, ya que, como bien han señalado analistas de peso, «es rehén de sus pactos disgregadores», al no dudar en anteponer el referendo de autodeterminación en Cataluña a los problemas y aspiraciones de todos los españoles.

¿Qué nos queda entonces? Un pacto de «rehenes constitucionales». Es decir, hacer de la necesidad virtud y sumar las fuerzas que no incluyen entre sus compromisos nada que no quepa en la Constitución vigente. Así estaríamos ante un pacto entre PP, PSOE y Ciudadanos, que no inauguraría nada nuevo en Europa (donde ya gobiernan coaliciones similares), pero sí en España, donde PP y PSOE están acostumbrados a relevarse, pero no a formar parte de un mismo Gobierno. No obstante, y justo porque el marco ha cambiado, también tendría sentido cambiar aquí la rígida norma alternante.

¿Sucederá así? No lo sé. Aquí estamos más acostumbrados a la zancadilla que a la altura de miras. Por ello me temo que al final suceda cualquier despropósito. Se entiende la oferta de Rajoy porque es la que haría cualquiera en su lugar. Se entiende la de Ciudadanos, concordante con las ideas que expuso en la campaña electoral. Pero ¿cuál es la del PSOE de Pedro Sánchez? ¿Qué línea representa ahora Pedro Sánchez en el PSOE? Es el secretario general, seguro, pero con un Comité Federal que no dejará de vigilarlo, encarrilarlo y someterlo a sus pautas, diga lo que diga el alegre César Luena.

Creo que desembocaremos en una nueva convocatoria de elecciones. Pero debo reconocer lo que percibo en la sociedad: que la salida de un Gobierno tripartito sería bien vista por la mayoría social. Y esto, por otra parte, le daría tiempo a Podemos para reformular su programa y dejar de ser rehén del referendo catalán y de otros excesos. Lo cual creo que sería bueno para todos y contribuiría al bienestar general.