Aire limpio

Alfredo Vara
Alfredo Vara EL PUENTE

OPINIÓN

15 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La necesidad urgente e ineludible de un aire más limpio no se está percibiendo en la campaña electoral con la virulencia que cabría esperar. Ni en lo que toca a la limpieza del que se respira dentro de las instituciones ni del que se respira en las calles.

No basta con airear las corrupciones y corruptelas ajenas. El hecho de que en plena campaña sigan saltando a las portadas nuevos casos de presuntos comportamientos corruptos de un alcalde o un embajador pone de relieve, una vez más, que tardan demasiado en detectarse y tardan demasiado en resolverse, con perjuicio evidente para los ciudadanos y también para los implicados que puedan resultar absueltos.

Si todo apunta a que la próxima legislatura va a ser la de la negociación continua e imprescindible, se echa de menos una mayor presencia en la campaña de propuestas para poner en marcha de una vez mecanismos efectivos de control previo y de refuerzo de los medios de que dispone la Justicia para que las investigaciones no se eternicen.

Otro tanto ocurre con la limpieza del aire que respiramos. La histórica cumbre del clima que se celebró la semana pasada en París apenas encontraba reflejo en los principales titulares de la campaña electoral, pese a la importancia vital de lo que todo el mundo se juega en esa apuesta y la trascendencia del acuerdo alcanzado.

Hay atractivos apartados en algunos programas dedicados a la lucha contra la contaminación y a la potenciación de las energías renovables. Pero su presencia en la campaña es prácticamente testimonial.

La sensación que queda es de una apuesta escasa por un aire más limpio. En todos los ámbitos.