Revistas del corazón en la sala de espera

Javier Guitián
Javier Guitián EN OCASIONES VEO GRELOS

OPINIÓN

23 ago 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Auckland, Nueva Zelanda, publicado en el número especial de Navidad de la revista médica The British Medical Journal, ha tratado de buscar una explicación a una cuestión que siempre me ha preocupado y que seguro que los lectores se habrán planteado más de una vez ¿Por qué no hay revistas nuevas en las salas de espera de los médicos?

Si lo piensan, cuando uno se encuentra una revista del corazón en la sala de espera de un doctor, y se para a leer, observa con sorpresa cómo la mayoría de las noticias son antiguas: Paquirrín ya ha cometido alguna nueva tropelía, el rostro de una famosa ya nada tiene que ver con la fotografía que allí aparece o el afamado jinete ya ha cambiado de pareja por décima vez.

Para resolver tan espinoso enigma, los investigadores neozelandeses dejaron cerca de un centenar de revistas en una sala de espera de la consulta de un médico. Entre ellas, había publicaciones especializadas (como National Geographic, por ejemplo), de información política y económica (como Time o The Economist) y de cotilleo, definidas como aquellas con cinco o más fotografías de famosos en portada.

Los resultados fueron demoledores. Cada día desaparecieron 1,32 revistas, en un mes se esfumaron más de cuarenta, lo que supone en torno al cincuenta por ciento de todas las que se habían dejado en la sala de espera. La conclusión más relevante es que las revistas del corazón desaparecieron con más facilidad, ya que mientras que todas las publicaciones de información general seguían en la sala de espera pasados unos días, solo quedaba una de las veintisiete de cotilleo; las diferencias son estadísticamente significativas. Como resumen, los investigadores concluyeron que las revistas del corazón son más robadas, ya que despiertan más interés, y que si las clínicas quieren ahorrar en este capítulo deben dejar en las mesas revistas de información general.

Veamos. Puedo entender que la gente que espera su turno en una consulta médica quiera leer algo intrascendente, nadie en su sano juicio se preocupa por la situación en Pakistán antes de que le exploren el recto, pero lo que no alcanzo a entender es por qué las roban. ¿Será estrés?, ¿una venganza contra el galeno? No lo sé, pero el hecho es que en las consultas solo quedan revistas viejas o aburridas.

Dejando al margen la tendencia a la cleptomanía de los pacientes, lo que el estudio pone de manifiesto es que los neozelandeses tienen la misma pasión por la prensa del corazón que los españoles: ¿Habrá un Paquirrín en Nueva Zelanda? Bromas aparte, ya nada me sorprende sobre los hábitos de lectura desde que me enteré que el libro más leído en España es el catálogo de Ikea.