Maracanazo en Lugo

Laureano López
Laureano López EL ENFOQUE

OPINIÓN

25 jun 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

ALBERTO LÓPEZ

A los políticos se les queda a veces la misma cara que a los futbolistas que fallan un gol cantado a puerta vacía. Sucedió ayer en Lugo, donde el alcalde de Becerreá se marcó un auténtico maracanazo en casa de Besteiro, líder del PSOE gallego que coloca cadáveres (políticos) en las cunetas, sin pensar que estos, en ocasiones, resucitan, o no se terminan de morir del todo. ¿Qué movió a Besteiro a hacer lo que hizo? Si solo pretendía plegarse a las exigencias del partido minoritario de turno, el precedente sembrado es, de nuevo, gravísimo. Desde luego, se puede decir que ha decidido imprimir suspense a las investiduras de los suyos. Y ahí tienen el resultado. En los bancos de la Diputación se pudo ver cómo sienta que el poder se escurra entre las manos. Lo dice la cara desdibujada del diputado del BNG Antón Veiga, un grito de Munch en versión nacionalista, y la del no nato presidente Darío Campos, la impotencia resumida en un gesto de pena y perplejidad. Sentado, en segundo plano, el hombre que ya avisó de que a él no le iban a hacer un Orozco. Su mirada es un desafiante «¿qué pasa?, ya estábais avisados». Lo de Manuel Martínez fue un gol en propia meta y en el minuto de descuento. El centro perfecto, queriendo o sin querer, se lo puso Besteiro. En Lugo, el PP hizo buena la leyenda futbolística: se llevó la victoria sin bajarse del autobús.