El instinto de Feijoo

María Xosé Porteiro
María Xosé Porteiro HABITACIÓN PROPIA

OPINIÓN

31 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Boris Vian escribió «Monsieur le Président je vous fais une lettre que vous lirez peut-être si vous avez le temps?». Yo, como el poeta, también dirijo una misiva de aliento a nuestro presidente para apoyar su reflexión sobre la necesaria autocrítica en el partido que obtuvo el mayor número de votos pero perdió casi todo su poder municipal y autonómico. Es una verdad de Perogrullo que las elecciones se ganan o se pierden en función de la pérdida o la ganancia que supongan. Quien es desalojado del poder, por muchos votos que obtenga, pierde más que quien estaba en la oposición o era una incipiente alternativa y con la suma de sus actas -en ideologías afines- fueron apoyados por una mayoría de votantes para que pudieran gobernar. Por eso digo: enhorabuena por la inteligencia del análisis y fortaleza para este largo año y medio que falta para las autonómicas. Lo hago desde la otra orilla ideológica -que ni oculto ni a él le ofende- porque me interesa, mucho, que las cosas cambien desde las instituciones; que la ciudadanía se sepa escuchada y comprendida.

Haga oídos sordos a los palmeros que con los aplausos pretenden tapar la situación desesperada de esa tercera parte de la población que sufre pobreza energética o hace cola en los comedores sociales. Hable con los bancos que desalojan sin piedad y recuérdeles la importancia que tiene que mantengan las cuentas de la Xunta a cambio de flexibilizar sus actuaciones y coordinarlas con los gobiernos locales para que ningún menor o anciano duerma en la calle ni siquiera una noche.

Si no supiese que dentro del político que tiene la mayor representación y responsabilidad institucional de Galicia hay una buena persona, no me tomaría la molestia de hacer esta propuesta públicamente. Pero como me consta, aquí queda esta petición que no deja de ser, con el mayor respeto, también un consejo: aléjese a los profesionales de «la ola» que siguen con el manido argumento de que la culpa de todo lo ocurrido en estos cuatro años la tiene ZP. Porque el PSOE recibió en el 2011 un durísimo correctivo en municipales, autonómicas y generales: pasó una larga travesía del desierto, que aún no ha terminado; hizo dos procesos de primarias; las caras que identificaban al partido en aquel momento ya no están a su frente; hay un nuevo secretario general que lleva apenas medio año, con mucho trabajo por delante pero no es responsable de la gestión anterior.

Y, sobre todo, hay un cambio sociológico, generacional, que pide una nueva manera de gobernar. Por favor, siga su instinto. Es por ahí?