Observaciones

Carlos Agulló Leal
Carlos Agulló EL CHAFLÁN

OPINIÓN

15 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Las papeletas de votar tienen un problema. Carecen de un apartado para las observaciones. Porque ya se sabe que el voto tiene sus matices. Pero no solo por eso: también podría advertirse aquello de que este voto es para uso exclusivo de esta convocatoria y cualquier interpretación que de él se haga puede ser pura ficción.

Por partes. Que las listas son un coto cerrado en el que por el precio de uno te llevas el lote, aunque no lo quieras, es una antigua tara que traen de serie algunas democracias. Es como esto de insistir en que las elecciones municipales están para elegir una corporación, cuando el común de los mortales vota pensando en quién será su alcalde. De acuerdo, es un lío, pero quizás sea un motivo más para que las listas fuesen abiertas y uno pudiese elegir a quien quiera y tachar a quien no le interesa. Y, bueno, tal vez, por ese camino llegaríamos a la doble vuelta para la designación de alcalde y esas cosas tan complicadas.

Pero vamos con las observaciones. Le puede suceder que vote usted al candidato porque merece su confianza, porque lo avala un buen trabajo o porque lo considera el mal menor, pero no desea que su sufragio lo sumen en otro lote. Por ejemplo, vota al candidato del PP a la alcaldía, pero no quiere que lo utilice Rajoy para decir que usted refrendó sus políticas. Lo hace al del PSOE y Pedro Sánchez se lo mete en su zurrón para dar por zanjado el guirigay socialista. O al revés, vota a Ciudadanos, o alguna franquicia en la que más o menos asoma Podemos, porque su deseo es castigar a quienes le vienen cargando la moral últimamente y, sin embargo, la papeleta es para alguien a quien ni conoce. Pero, ojo, no haga observaciones, o su voto será nulo.