Será el empacho de haber devorado de un tirón la cuarta temporada de Juego de tronos durante el fin de semana. Sí, esa que le regaló Pablo Iglesias a Felipe VI en la audiencia del Parlamento Europeo esperando que le dé las claves sobre la crisis política de España.
Y la verdad, poniendo esa lente, alguna clave puede darle a su majestad.
Fíjese en lo sugestiva que resulta la analogía entre Daenerys Targaryen, el personaje más popular de la serie -Khaleesi, la mujer que no arde, la madre de dragones- con nuestra doméstica Esperanza Aguirre. Las dos tienen el mismo temperamento y el mismo porte aristocrático, las dos pretenden un trono -una el de los siete reinos y otra el de las 19 autonomías-, ambas aspiran a reinar. Utilizan la misma estrategia respondona del verso suelto en la trama de su película. La Khaleesi dispone de una arma temible, que son tres fieros dragones, sobrados de decisión, que echan fuego por la boca; la Aguirre también ha sacado a volar a los suyos: Aznar, María San Gil y Gallardón, que son tres seres mitológicos igual de poderosos.
Y aún no se sabe si conseguirán su objetivo en las próximas entregas, estamos en vilo, majestad.
Pero el más atractivo e intrigante de todos los personaje es Tyrion Lannister, el enano -con mucho, el personaje de la serie que más me gusta-; un amigo le encontraba una analogía con Montoro, pero no lo acabo de ver. Salvo en lo bajito, Montoro nunca desafiaría a un regio tribunal, ni tendría una concubina de la clase que tiene la de Tyrion.
Al enano Tyrion lo identifico más con Pablo Iglesias, un tipo listo y valiente que quiere conquistar el trono asaltándolo con la razón y es de la casta, aunque también reniegue de ella como Tyrion.
Ni que decir tiene que todos los grandes señores de Juego de tronos van cayendo cruelmente, igual que los de nuestro Reino. Los Chaves, Griñanes, Pujoles, Ratos, Camps, Matas... han perdido sus realezas y desaparecido de la serie.
No sé, majestad, qué claves podrá sacar usted de la serie, porque usted no sale. Así que quizás la clave más interesante es que su reino no es como el de Juego de tronos, y que usted no está en ese juego.
Nuestro mundo no se reduce a guerras, putas, soldados, conquistas y oro. Aquí es todo más complicado.
Pero aun así, ya verá cómo le resulta muy interesante la historia del enano y de la madre de dragones.
No se la pierda.